AO Día 4: Nadal y Ferrer tiran de una Armada sin españolas

Tomás de Cos

El número uno mundial y campeón del Abierto de Australia en 2009 impuso sus galones ante el gigante estadounidense Ryan Sweeting: 6-2, 6-1, 6-1 en poco más de hora y media. Segundo entrenamiento con fuego real para el máximo candidato al título, primero a tiempo completo tras la retirada prematura del brasileño Marcos Daniel en la primera ronda.


Nadal ya acumula un balance de 29 juegos a favor y 4 en contra. El balear volvió a exhibir su mejorado tenis. Sacó bien –anotó 7 aces y sirvió con frecuencia alrededor de los 200 Km/h-, jugó bastante dentro de la pista y llevó en todo momento el peso del juego, lo que le permitió hacerse con un botín de 36 golpes ganadores. Tomar riesgos tiene recompensa, a pesar de las cuatro dobles faltas y los 25 errores no forzados. La fórmula mágica, mejorada a lo largo del 2010, convierte al huracán manacorí en un tenista prácticamente inabordable.

"Veo bastante bien el servicio. Lo he trabajado estos días porque no me gustó como estuve con él en el primer partido. Pero no está al nivel que estuvo en el Abierto de Estados Unidos. Ahí tuve un nivel de un gran sacador y yo no soy un gran sacador aunque he mejorado", dijo a los medios tras el partido. "Me siento bien físicamente y también en cuanto al tenis. Me falta, a lo mejor ser un poco más agresivo”, añadió.

Especialmente interesante será su próximo duelo frente a la gran promesa del tenis aussie, Bernard Tomic, que hoy dio buena cuenta del toledano Feliciano López en tres sets: 7-6(4), 7-6(3) y 6-3. Un gran duelo generacional. El propio Tomic avisa: "Puedo vencer a Nadal si salgo a la pista a ganar, aunque sea el número 1". ¿Pecado de soberbia o amenaza en toda regla? A buen seguro que a Nadal no le caerá bien la frase.

El poderoso Tomic (199 del mundo), que ya puso en apuros y llevó a cinco sets a Marin Cilic en 2010, mostró madurez en los momentos delicados del encuentro. Salvó seis de las ocho bolas de break que tuvo en contra y se impuso en las dos muertes súbitas del mismo. Ni los veinte saques directos conseguidos por Feliciano le hicieron desesperar, ni se descentró por el gran apoyo del público.

Tampoco falló David Ferrer. El alicantino se impuso con autoridad al estadounidense Michael Rusell (6-0, 6-1, 7-5). Un parcial de 8-0 dejó el encuentro visto para sentencia. ‘Ferru’, campeón en Auckland, se medirá en la siguiente ronda al lituano Richard Verankis, que superó al ‘Rey David’ por 6-1, 6-0 y retirada del argentino. Nalbandián deja el Abierto de Australia con molestias en el muslo derecho después de haber protagonizado el partido más espectacular en lo que va de torneo (3-6, 6-4, 3-6, 7-6, 9-7 frente a Lleyton Hewitt).

El segundo integrante de ‘La Armada’ que se clasificó para la tercera ronda fue Guillermo García López, que eliminó al argentino Schwank por 6-4, 7-6 (8) y 6-1, igualando su mejor actuación en un torneo de los cuatro grandes. El albaceteño sólo sufrió en la segunda manga, en la que supo sobreponerse a dos bolas de set que tuvo su rival. Más complicado lo tendrá en su siguiente compromiso, frente a Andy Murray.

Por el contrario, el austriaco Melzer acabó con el sueño de Pere Ribas (6-2, 6-4 y 6-2), que ha firmado su mejor actuación en un Grand Slam hasta la fecha.

El torneo se queda sin españolas

Carla Suárez, María José Martínez y Lourdes Domínguez han caido eliminadas del cuadro individual femenino, siguiendo el camino previamente emprendido por Anabel Medina, Arantxa Parra y Laura Pous.

La canaria sufrió el vendaval Clijsters: 6-1 y 6-3. La belga, que ya le endosó un doble 6-0 a la ex número uno Dinara Safina, tampoco tuvo piedad de la española. Tiene los objetivos de estrenarse en Australia y subir al primer peldaño de la WTA tatuados en la frente. Además, Lourdes Domínguez sucumbió ante la italiana Flavia Pennetta por un doble 6-2 y María José Martínez cayó frente a la francesa Alize Cornet (7-5 y 6-1).

La eliminación de Del Potro, única gran sorpresa

La cuarta jornada en Melbourne Park dejó como notas destacadas el adiós de las dos grandes raquetas argentinas de los últimos años. La del lesionado David Nalbandián ya mencionada y la de Juan Martín Del Potro frente a Marcos Baghdatis. Como ocurriera ayer con el Simon-Federer, este duelo podría haber sido la final de cualquier torneo ATP. El talentoso chipriota fue muy superior al de Tandil de principio a fin y se metió en la tercera ronda tras ganar en cuatro mangas: 6-1, 6-3, 4-6 y 6-3.

Por lo demás, Murray cumplió con los pronósticos ante el ucraniano Illya Marchenko (6-1, 6-3, 6-3), Soderling superó al luxemburgués Gilles Muller (6-3, 7-6, 6-1), Tsonga pasó con apuros ante el italiano Seppi (3-6, 7-6 y 7-6) y Cilic apeó al colombiano Giraldo (6-3, 7-6, 6-1).

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