Para Capello, una taza de tiqui-taca

Capello tiene una reputación en España porque ganó dos Ligas con el Madrid en dos fases de pertinaz sequía. Primero con Sanz en la presidencia. Después con Calderón, tras la peor racha de títulos del club desde la llegada de Di Stéfano. En la primera ocasión no cumplió íntegro su contrato porque atendió la llamada de Berlusconi. En la segunda fue el Madrid el que no se lo dejó cumplir, aunque se lo pagó íntegro. Con él en el banquillo (y con Beckham en la grada) la gente se aburrió, pero al final se duchó en Cibeles. Llevó al máximo la máxima de "ganar es el espectáculo". Y precisamente eso le sacó del Real Madrid.

En Italia Capello no tiene el mismo cartel que en España. Tampoco acabó sus contratos en el Roma y en la Juve. Y al Milán entró por vez primera para suplir por cinco partidos a Liedholm antes de ser suplido a su vez por Sacchi, con el que quizás por esto no tiene mucha sintonía. Nadie discute la capacidad de Capello para ganar títulos, que es directamente proporcional al poco encanto de los equipos que dirige. Ahora llega con Inglaterra, donde busca la fama que tiene en España. Por eso es importante que pruebe una taza de tiqui-taca. O se cargará de razón.