Algo pasa con Ferrer

Tomás de Cos

El propio alicantino (Javea, 2-Abril-1982) se encargó de anunciarlo públicamente hace unas semanas, cuando reconoció que estaba en el peor momento de su carrera deportiva. Y su eliminación en la tercera ronda del US Open ante el joven japonés Kei Nishikori (126 de la ATP), con incidente incluido con la juez de silla australiana Kerrilyn Cramer, sólo es una nueva prueba de ello. ¿Qué opináis?

Insistimos mucho en este blog de lo frustrante que puede resultar la práctica competitiva del tenis en muchas ocasiones, por lo que nos es fácil entender y disculpar la errónea actitud de Ferrer sobre la pista. Tildar de machistas unas palabras dichas sin pensar, de forma atropellada y en un momento dominado por la frustración y la impotencia no tiene demasiado sentido. Sobre todo en el caso de un jugador que destaca siempre por su ejemplar fair play y que ha pedido perdón.

El incidente que hoy recogen los periódicos con la secuencia de imágenes de Cuatro, convenientemente subtituladas, es un claro síntoma de lo descontento que está el número cuatro del mundo con sus actuaciones esta temporada. David no encuentra el tenis que le llevó el año pasado a la final de la Copa Masters de Shangai. Las preguntas se le agolpan en la mente mientras está sobre la pista y ahora algunas no las sabe contestar. De ahí sus charlas consigo mismo, por otro lado muy habituales en él -y en la mayoría de los jugadores- cuando va perdiendo y necesita soluciones de urgencia. Busca y no encuentra ese estado de ánimo en el que es capaz de sacar el máximo partido de su talento.

Ante el joven talento japonés, crecido en la Academia Bolletieri, ‘Ferru’ sufrió mucho. Pero a pesar de todo remó sin descanso para acabar desfalleciendo en la orilla. Ya descansa en Valencia, antes de la semifinal de Copa Davis ante Estados Unidos que se celebra este mes en Madrid (del 19 al 21), y debe olvidarse cuanto antes de su eliminación en el último grand slam de la temporada.

Ferrer debe afrontar con cierto optimismo lo que queda de maratón por delante (Copa Davis, MMMS Madrid y MS París). Es la mejor forma de asegurarse un puesto en el torneo de maestros. En Nueva York se ha dejado 375 puntos por el camino y se ha complicado mucho la vida (el lunes próximo puede verse superado por Davydenko y Murray), pero aún depende de sí mismo. Su carácter luchador tiene que aparecer ahora más que nunca.

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