Robin Gunningham. Ese es el nombre de Banksy, el artista callejero por antonomasia, según una reciente investigación llevada a cabo en Reino Unido.

El nombre de Gunningham ya había sonado años atrás como una de las posibles identidades que escondía el grafitero británico, conocido por sus obras satíricas que se han llegado a vender a precio de obras maestras de arte, pero ahora ha sido un estudio diseñado para detectar terroristas lo que ha llevado todas estas suposiciones “más cerca que nunca” de la pista verdadera, según afirman los investigadores que lo han realizado.

El trabajo en cuestión ha sido desarrollado por varios científicos de la universidad Queen Mary de Londres utilizando un sistema pensado para descubrir la identidad de delincuentes y terroristas siguiendo un complejo algoritmo.

En concreto, se han elegido 140 obras pintadas supuestamente por el artista en Bristol, la ciudad donde se da por hecho que nació, y Londres, y a través de ellas se ha recreado un mapa de lugares comunes que ha acabado llevando a los investigadores hasta el nombre elegido.

De confirmarse el hallazgo se pondría fin a una de las identidades secretas más perseguidas de las últimas décadas. Hasta ahora lo que se sabía del grafitero eran pequeñas informaciones a las que habían tenido acceso los pocos periodistas que habían podido entrevistarse con él cara a cara definiéndole como un varón alto y rubio y ya entrado en años. Lo que ha hecho que varios tuiteros, al hilo de las nuevas revelaciones, hayan hecho la coña con que si en realidad Banksy podría ser Boris Johnson; el actual y enrollado alcalde de Londres.

Las obras de Banksy siempre han estado rodeadas de expectación y polémica. Sus graffitis, en los que usa habitualmente estarcidos con plantilla, reflejan imágenes irónicas de la sociedad, el racismo o la cultura pop llegando a ser la imagen de numerosas postales, camisetas y merchandisings varios. Además, Banksy ha colaborado con varias organizaciones cobrando, como Greenpeace o la marca deportiva Puma, y el año pasado sorprendió al mundo lanzando una versión efímera de lo que sería un Disneyworld siniestro.

Sin embargo, la investigación aún no es cien por cien segura debido a que Banksy nunca ha firmado sus obras, por lo que no se puede saber a ciencia cierta si las obras seleccionadas para 'detectarlo' han sido realizadas por él o por seguidores que han copiado su estilo.

De un modo u otro, el nombre de Robin Gunningham conecta y concuerda con el que ya desveló el diario Daily Mail en 2008, donde aseguraba que este era su nombre y acompañaba la información con una fotografía de Banksy supuestamente en el que se le podía ver durante una estancia en Jamaica.

Cuestión aparte es el debate sobre si es adecuado haber usado una técnica para encontrar terroristas para descubrir a un grafitero. Algo que según publica la BBC puede que sea denunciado por los abogados de Banksy.