Jude Bellingham

A Inglaterra le acompaña esa dosis de suerte de los equipos campeones. Pasó la fase de grupos sin más pena que gloria, y ya está en semifinales.

A Bellingham no le sancionan por llevarse las manos a sus testículos en la cara del banquillo de Eslovaquia, un gesto mundialmente conocido que no necesita interpretación nacionalista o geopolítico-territorial.

Me imagino que el Madrid no tendrá once jugadores en los cuartos de la Eurocopa y cinco en la Copa América por una cuestión “de suerte”.

Discuto con mi amigo Manuel sobre lo que está ocurriendo con Bellingham en esta Eurocopa.

A Southgate le quedan, como mínimo, unos cuartos de final de la Eurocopa ante Suiza y seis meses de contrato, gracias y por culpa de Bellingham.