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MOTOGP | SAN MARINO

Optimismo en Honda con Márquez

Honda ya esperaba antes del test de ayer en Aragón el regreso de su campeón para el test del martes en Misano y la esperanza crece tras las sensaciones positivas.

MISANO
Alberto Puig atendiendo a los medios.
MotoGP

No lanzan aún las campanas al vuelo en las filas de Honda, pero se nota que empiezan a ver la luz al final del túnel en el que se encuentran, el de la peor temporada de su historia hasta el momento en MotoGP. La razón es que sienten cada vez más cerca el regreso de su campeón, de su buque insignia, del hombre de los milagros, de un Marc Márquez que ayer se probó de nuevo a lomos de una moto de calle en el circuito de Alcañiz y que ha transmitido buenas vibraciones a su equipo, presente ya en el paddock del Marco Simoncelli.

Aquí se disputa este fin de semana el GP de San Marino, el que en el ala dorada esperan sea el último sin el ocho veces campeón del mundo en el box del Repsol Honda. AS ha tenido la oportunidad de hablar brevemente con Alberto Puig, que andaba liado de reunión en reunión, pero al pedirle una frase que resumiera las impresiones que Márquez le transmitió tras su ensayo de ayer, dijo tras pensárselo: “Sólo te puedo decir que Marc me ha dicho que está contento. Esa es la frase definitiva”. Y se marchó con una sonrisa, con la esperanza de que en estos días puedan comunicar oficialmente que el ilerdense reaparecerá al manillar de su Honda en los trascendentales test del martes y miércoles de la semana que viene en Misano.

Para la carrera, aunque sea como espectador, no se le espera, porque lo pasa fatal, como comenta algún miembro de su equipo, y porque pierde horas de rehabilitación. El ex pupilo de Alzamora y al que ya representa Jaime Martínez se bajó de la moto tras la carrera de Mugello, el 29 de mayo, y de ahí se fue a Estados Unidos para operarse por cuarta vez del húmero de su brazo derecho. Le habían dicho que el problema es que ese hueso estaba girado un 33% de su posición normal y que había que parar para colocarlo bien. Dicho y hecho, para dar paso luego a una lenta recuperación cuyos plazos Marc ha acortado dos meses.

El doctor Ángel Charte le aseguró a AS en el mismo Mugello que una operación de esas características requeriría de cinco a seis meses de baja, pero que el piloto ya había adelantado a los suyos que su intención era volver en tres meses, para estar precisamente presente en este test de pretemporada del 6 y 7 de septiembre. Marc sabe mejor que nadie que la Honda de este año, en la que él no había trabajado todo lo deseado, no es buena y que el ensayo de la semana que viene es esencial para poder contar el año que viene con un arma más decente con la que luchar contra sus rivales. Aún así, que nadie descarte verle este año de nuevo en las carreras que quedan pelear por el podio, y hasta conseguir victorias, porque con el brazo averiado como estaba ya fue capaz de ganar tres pruebas el año pasado. Una locura visto lo visto después. Otra cosa será ver si, una vez vuelta, el #93 puede afrontar todas las carreras que quedan, porque tras la de Alcañiz, donde debería tener lugar su esperado regreso, vendrá una paliza de cuatro carreras en cinco semanas: Japón, Tailandia, descanso, Australia y Malasia. Será todo mucho más llevadero e interesante con Márquez de nuevo en el asfalto, seguro.