Primer óvalo en territorio Dixon

La IndyCar llega en su segunda cita al primer óvalo del año, Texas Motor Speedway. Un trazado que nada tiene que ver con los circuitos ‘tradicionales’ o urbanos, por los que se desenvuelve normalmente la serie americana. Sus 5 grados de peralte en la recta, que pasan a 20 grados en la curva 1, y son alrededor de 24 grados en las curvas 3 y 4, hacen que los mecánicos deban hilar fino con la configuración, que permite más carga aerodinámica que otros años, y los pilotos, con el volante. Además, adelantar en pista, salirse del carril ‘limpio’ es una aventura para valientes en el que el premio es ganar plaza y el castigo, el muro. Y a velocidades de más de 350 kilómetros por hora, no suena bien. Por ello, como suele ser normal, se deben maximizar al máximo los consumos y degradaciones y acertar con la estrategia buena en boxes, que varía entre 3 y 4 paradas.

Y si en algo suele acertar Ganassi, equipo de Álex Palou, es en gestión de las carreras. No es su único fuerte, sin duda, porque han ganado las dos últimas carreras, la última de 2022 en Laguna Seca con el español y la primera de 2023 en St. Petersburg con Ericsson. El sueco, por otro lado, es el vigente campeón de las 500 Millas de Indianápolis, mítica prueba que asoma en mayo y que es uno de los objetivos de la temporada de Álex Palou. El otro, es el título. El octavo puesto en la inauguración en Florida a lo mejor aparenta a poco botín para el barcelonés, pero una buena actuación en Texas puede que la clasificación a los puntos se vea de otra manera. Cuatro veces ha corrido Palou en el milla y media de Fort Worth. Un 23º, dos séptimos y un cuarto, como mejor resultado. Dixon, compañero del español en el Ganassi, ha ganado tres de las últimas cinco carreras allí. Las otras, repartidas: una para Penske con Newgarden y otra para McLaren, con el mexicano O’Ward.

Horarios (Clasificación y Carrera, por Movistar Deportes)

Clasificación, sábado 17:15

Carrera, domingo 17:00