Panorama Yamaha: medio Mundial por delante y la mente puesta en 2024
Quartararo acabó desolado el viernes con su 17º y dijo: “Tenemos que trabajar muy duro e intentar cambiar un poco la mentalidad de los ingenieros japoneses”.
Mucho se habla de la crisis Honda en los últimos tiempos, pero su histórica rival, Yamaha, no se puede decir que marche mucho mejor. Las dos M1 arrancaron el GP de Catalulña quinta y sexta por la cola de MotoGP, sólo por delante de las cuatro Honda que firmaron un ridículo histórico, con Márquez, Nakagami, Lecuona y Mir clasificados del 19º al 22º. Pero volviendo a la casa de los diapasaones, la imagen que mejor refleja el estado actual de ese box que en esta misma pista celebraba el año pasado la victoria era la de la frustración de Fabio Quartararo en la vuelta de regreso a boxes. El campeón del 2021 negaba con la cabeza, gesticulaba y se apoyaba desolado con el codo en el depósito y el casco sobre la mano. Era como si estuviera llorando el ganador de dos de las tres últimas carreras en Montmeló. Duro de ver.
A Fabio se le preguntó por esa vuelta al box y aseguró que “por supuesto que es difícil. Tenemos claro que no estamos para luchar por el podio, pero es difícil de aceptar que en los últimos cinco o seis años en los que he estado aquí he luchado por la victoria, que el año pasado gané con seis segundos de ventaja y que ahora estoy 17º. Por supuesto que es difícil, pero tenemos que empezar a aceptarlo, intentar encontrar cualquier cosa positiva para preparar el año que viene. Eso es todo. Es muy importante ser súper precisos y encontrar esas pequeñas cosas que podamos encontrar para el año que viene”. Con medio Mundial aún por delante, Yamaha da por perdido este 2023 y está centrada en 2024, un panorama similar al que tiene Honda, con todas las esperanzas depositadas en el test de Misano del 11 de septiembre.
Al comentarle a Quartararo que el viernes acabaron seis motos japonesas al fondo de la clasificación, dijo: “Por supuesto que me preocupa. También el límite de la moto es muy fácil de encontrar. Franco y yo tenemos prácticamente el mismo tiempo, porque no es posible marcar la diferencia y no se puede hacer nada mejor. Tenemos que trabajar muy duro e intentar cambiar un poco la mentalidad de los ingenieros japoneses. Pero por supuesto que estoy plenamente confiado. Hay que creer al máximo en la moto del año que viene, será muy importante tener paciencia y trabajar muy duro hasta que empiece la próxima temporada”.
Sorprende que la Yamaha de este año, cuando supuestamente tenía un motor más potente, sea peor que sus versiones anteriores. Quizá más potencia haya comprometido al resto de la moto, pero eso es algo que niega Quartararo: “Aunque la entrega de potencia es algo más agresiva, cuando abro gas entre el 15 y el 40 por ciento, y aún siendo suave, la moto patina mucho. Así que la entrega de potencia no es un problema”. A ver la M1 del año que viene, porque se le echa de menos en las posiciones delanteras.