“Nada positivo” en Yamaha

“La de Le Mans fue una carrera muy dura. Muy dura”. En mayor o menos medida, esta es la tónica habitual de Yamaha al acabar los fines de semana de carrera. Desde Qatar hasta Le Mans, la estructura de Iwata ha seguido la misma línea, la de sufrir y no lograr entender qué es lo que necesitan para solucionar su problemas que, según sus dos pilotos, son muchos. La situación es crítica y, por el momento, ni las concesiones dan atisbo de un ligero paso adelante. Bien es cierto que Fabio Quartararo tuvo en el GP de Francia su fin de semana más competitivo, pero una caída en la carrera del domingo acabó con sus opciones y la esprint, acabando con un décimo puesto, tampoco se pudo calificar de positiva para el piloto galo en su trazado de casa. Ya para Álex Rins, la historia fue peor: en estas cinco primeras citas, el mejor resultado del español ha sido el 13º de Portugal y Jerez, ambos en domingo.º

Tras indicar que la carrera fue “muy dura”, el español dio sus motivos ante la prensa: “Fue difícil de gestionar, tuvimos varios problemas en la salida y después me vi con las mismas dificultades que tuve durante todo el fin de semana. Los sectores uno y dos eran aceptables, podía ser competitivo, pero a la que llegábamos a la curva ocho, la nueve, la once, derrapábamos mucho, hacíamos muchos metros derrapando. La moto no se frenaba con el neumático trasero, solo podíamos pararla con el neumático delantero”. Y apunta a una de las mayores dificultades que ha encontrado en la M1: “Estuve muchas vueltas último, detrás de Marini, intentando adelantarlo y me era imposible. Probaba a gestionar el gas, a traccionar la moto, pero la entrega de potencia no era nada buena, no era la acertada. Me fue muy difícil”.

Sin embargo, con aire limpio por delante, el español sí fue capaz de rodar más rápido (sacó diez segundos al italiano), incluso con buenas sensaciones pese a lo retrasado que estaba: “Una vez pude deshacerme de Marini (a mitad de carrera) me pude centrar en rodar en 1.32.0 y creo que pude ser constante ya durante el resto de la carrera, incluso cuando los neumáticos se fueron gastando al final, y sufrimos un poco más, pude aguantarlo. Pero ya digo, fin de semana para mejorar mucho”. Y tanto, porque ambas marcas japonesas sigue desaparecidas en el auge de las fábricas europeas dentro del paddock. Pero el problema es que siguen sin encontrar el foco que les hace sufrir tanto, o los muchos detalles que tienen que solventar para poder avanzar.

“No es solo una cosa, es todo. Es aceleración, electrónica, frenada, parar la moto, el neumático trasero no nos ayudó nada a reducir la velocidad en la entrada las curas y, después, la tracción es muy mala”, detallaba Rins tras el GP de Francia, del que solo puede sacar una conclusión: “Nada. Lo único positivo que se puede sacar de la carrera es que fui constante cuando estaba rodando solo, solo eso”.

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Test importante en Mugello

Y aunque la frustración les invada tras un nuevo fin de semana de carreras, en Yamaha no hubo tiempo para descansar. Tampoco en Honda. Ambas marcas dejaron Le Mans para irse directos a Mugello, donde la semana pasada tuvieron lugar dos jornadas de test muy importantes. Volvieron a echar mano de sus concesiones por la falta de resultados y compartieron pista con la intención de seguir probando evoluciones o intentar encontrar la tecla que les ayude a dar un salto de calidad. Por parte de la fábrica de los diapasones, la idea era reconfirmar “si funciona bien el carenado nuevo en un circuito diferente”, aquel que ya probaron en Jerez y que gustó a ambos pilotos. “Fueron muy importante estos dos días de test, mucho”, afirmaba Rins, quien cree que este cambio en el carenado “nos puede permitir dar un pasito adelante”. “A ver si lo podemos usar ya en Montmeló”, explica el español, que se citará con toda la caravana mundialista esta semana en el GP de Cataluña y, donde también espera “más cositas que llegan y pueden ser importantes”.