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MOTOGP | AUSTRALIA

Márquez: “No se puede ir del infierno a la gloria en un paso”

“En Jerez, tiré un guante al público de manera rara porque tenía el brazo rotado 34 grados en el húmero. Ahora no hay dolor”, dice.

PHILLIP ISLAND
Marc Márquez lanzó sus botas al público.
Icon SportswireGetty

Cruzar la meta de Australia a 186 milésimas de Álex Rins no fue una derrota dolorosa para Marc Márquez. Al revés, este podio algo más de un año después del anterior, es un motivo de alegría para el del Repsol Honda.

-Se le ve súper contento con este segundo puesto, ¿verdad?

-Está claro que estoy contento. No se puede ir del infierno a la gloria en un paso, pero casi lo conseguimos. La victoria ha estado cerca. Venimos en una progresión ascendente. Tal como me encontré en Tailandia, Phillip Island era donde más opciones tenía de hacer un buen resultado. El otro es Valencia y Malasia lo pasaremos como podamos. Ahora toca disfrutar este podio, tras una carrera que ha sido luchada y con una apuesta arriesgada. La única opción que tenía de poder luchar con ellos era el blando trasero, porque el sábado vi que el duro no me daba buena sensación. He sido el único de la parrilla con el blando y me ha salido bien.

-¿Le preocupó que Martín tirara y pudiera escaparse y cambiar el ritmo?

-Estaba tranquilo porque, si tiraban al principio, tenía neumático. Cuando he visto que el ritmo era lento, bienvenido problema, porque así podía gestionar mejor el neumático. De otra forma tiras y hasta que aguante, aunque creo que habría aguantado bastante bien. He intentado estar siempre en el medio del grupo para no gastar tanto el neumático. Se me ha complicado un poquito cuando me he puesto quinto, porque no esperaba irme tan atrás. Ahí he tenido que forzar fuerte el neumático para recuperar. Y la última vuelta, encararla tercero con una MotoGP no es la mejor opción, pero lo he intentado, lo que pasa que Rins se ha defendido perfecto y no lo he podido pasar.

-¿Qué le han dicho en el box cuando ha comunicado que saldría con la blanda?

-Siempre jugamos para ver quién tiene la razón, pero en este caso el equipo tampoco lo tenía claro del todo y han confiado ciegamente. Cuando he dicho blando, ha habido algunos ojos que se han abierto como platos.

-¿Incluso de japoneses?

-Incluso de japoneses. (Risas). Yo iba con el blando y mi compañero con el duro, por lo que yo iba con una opción extrema, pero han confiado. Me han dicho que yo podía administrarlo. La última decisión, para esto o para un adelantamiento, es del piloto, que es el que va encima de la moto. Me han ayudado todo el fin de semana para darme la tranquilidad a la hora de elegir.

-Desde fuera ha sido una carrera divertida. ¿Lo ha sido desde dentro?

-Ha sido divertida. Cuando he mirado la pizarra por primera vez, he visto ‘L7′ o ‘L8′. Me he dicho: “Cuidado, que se van, que ya acaba esto”. Ahí he empezado a atacar fuerte. Se me ha pasado rapidísimo la carrera. Al ser un poquito más lenta, se notan los rebufos, se gestionan los neumáticos y físicamente no exige tanto. Es verdad que la moto se movía un poquito más de lo normal en las últimas vueltas, y era porque no acababa de cogerme bien a la moto. Eso es parte del proceso.

-Este Rins se va al acabar la temporada a Honda. ¿Le pueden decir que se lleve por la puerta de atrás la Suzuki y se la dejen a sus técnicos?

-Rins tiene un gran potencial y está ganando carreras con Suzuki y el año que viene salta a Honda. Un piloto fuerte, es, porque está ganando carreras. Y Mir es un campeón del mundo que va rápido. Esto es importante y veremos cómo se adaptan a la Honda. ¿Por qué no? Pueden ir rápido y yo siempre he tenido compañeros rápidos, desde Pedrosa, Lorenzo, Álex, Pol, que cuando vino estaba haciendo podios con KTM y fue cuarto del campeonato. Ellos serán compañeros fuertes a los que no les daré ningún consejo, porque son rivales. Yo estoy trabajando con Honda y junto al equipo de la mejor manera que sabemos para tener una moto competitiva para todos los pilotos Honda en 2023.

-Ha lanzado la bota al público con la mano derecha y fuerte...

-Sí. No hay dolor. Antes no podía hacer esto. En Jerez, tiré un guante de manera rara porque tenía el brazo rotado 34 grados en el húmero. Ahora no hay dolor. Falta la fuerza para mantener bien en las frenadas la posición del cuerpo, de movimientos de última vuelta de la moto, porque cuando los hay sé que tengo muchos números de llevármelo puesto, porque aún no paro bien. Por eso hay que ser consciente de que arriesgas hasta un punto. El brazo va funcionando poquito a poquito. Me dicen que la fuerza tiene que ir mejorando y ese último paso se intentará dar en invierno.