Líneas diferentes en Yamaha
Rins confiesa que las dos primeras carreras del curso “no han ido como esperaba” y trabajará en una puesta a punto diferente a la de Quartararo.
Dejó una fábrica japonesa en crisis para enfrentarse a otro proyecto que tampoco pintaba mucho mejor, pero que al menos era en un equipo oficial. Esa fue la clave para que Álex Rins pudiera poner fin a su relación con Honda, que tan solo había empezado un año antes. El español aprovechó la oportunidad que se le presentó delante en una moto que, a priori, podría adaptarse mejor a su estilo de pilotaje, algo más parecido a lo que en su día fue la Suzuki que le llevó a ganar en MotoGP. Sin embargo, el proyecto de Yamaha (al igual que el de HRC) también tenía alguna laguna: los de Iwata también atraviesan una de las peores rachas de su historia, con un prototipo que no acaba de funcionar y lejos de las posiciones delanteras de la tabla. Sin embargo, han logrado renovar por dos años a Fabio Quartararo, que optó por confiar en el proyecto de la marca.
La lista de tareas sigue siendo larga en el box capitaneado por Lin Jarvis y, aun con las concesiones que el Mundial les ha dado (tanto a ellos como a Honda), las piezas no acaban de encajar. Rins tan solo ha podido sumar tres puntos en las dos carreras que ya se han disputado esta temporada, todos conseguidos en el GP de Portugal, porque de Qatar se fue con el contador a cero. En Portimao, pudo adjudicarse tres puntos tras la carrera larga con una decimotercera posición, beneficiado por las cuatro caídas que hubo en la parte delantera. En el sprint, acabó en el suelo. Por ello, el español acaba confesando que “estas dos carreras no han ido como esperaba”, lejos de su debut soñado con un nuevo equipo oficial del que tiene que aprovecharse. De hecho, tras estas dos citas, Álex asume que tiene que cambiar totalmente la mentalidad.
“Más o menos hemos hecho pequeños cambios en la moto, pero centrándonos en la puesta a punto que está utilizando Fabio”, explica el español, que ya ha comunicado su decisión al equipo: “Tenemos que trabajar un poco más por nuestra cuenta”. Es decir, líneas diferentes en Yamaha para apostar por una configuración diferente a la de Quartararo al no dar resultados. “Después de esta carrera, me di cuenta de que tenía que hacer algo diferente en la moto, porque tuve problemas similares a los de la carrera de Qatar. Sufría mucho con la parte delantera después de soltar los frenos y abrir el acelerador. Me cuesta girar. No puedo hacer ángulo”, analizaba tras la última carrera y, aunque intentó buscar otro tipo de soluciones, no fue suficiente: “A mitad de carrera, intenté cambiar mi estilo de pilotaje sobre la moto. Para ver si era capaz de cargar más la parte delantera. Pero no fue suficiente. Así que parece que necesitamos más peso en la parte delantera para que la moto gire”.
Por fortuna, la próxima cita será en uno de sus escenarios talismán, el Circuito de las Américas, donde hace un año se alzó con su última victoria en MotoGP y única con Honda. De hecho, también fue la última de los del ‘ala dorada’ hasta la fecha. En Austin, seguirán probando todas las novedades que lleguen desde Japón, pero Rins insiste en centrarse en trabajar la puesta a punto, que será clave para mejorar las sensaciones con la M1: “Tal vez tengamos que centrarnos más en la puesta a punto que en las nuevas piezas, porque no estoy del todo contento. No es culpa del equipo, no es culpa de la moto. Es sólo nuestra segunda carrera. Tenemos que acostumbrarnos a la moto. Tenemos que entenderlo. Pero tenemos trabajo que hacer”.