Maverick no le guarda rencor a Bagnaia

Maverick y Bagnaia dejaron una de las imágenes de la temporada en Le Mans. Allí sufrieron juntos una caída en la que unos culpan al español y otros al italiano (para AS fue Pecco el que no dejó hueco a Mack), y después se dieron unos feos empujones en la escapatoria que dieron paso a un apretón de manos cuando llegaron juntos, y en la misma moto, a la parte trasera de sus boxes. Después, los árbitros del campeonato les llamaron al orden, pero no hubo sanción para ninguno de ellos por entender que todo se trató de un lance de carrera. Ya en Mugello, les sentaron juntos en la rueda de prensa del jueves y quedó constancia de que el de Aprilia no le guarda rencor al de Ducati, y viceversa.

Al preguntarle al catalán qué tal había sido el reencuentro con Bagnaia, sonrió por la pregunta, y dijo a este medio en Mugello: “Ya lo había visto varias veces y perfecto. Yo tengo la filosofía de que lo que pasa en la pista se queda en la pista”. Y sobre le hecho de que los comisarios en este caso no sancionaran a ninguno y se quedara todo en un lance de carrera, decía: “Es que hay muchas versiones y se puede leer desde formas diferentes. Desde mi posición te diría: ‘Es que no me da espacio’. Y desde la suya: ‘Es que se me tira encima’. Es muy difícil dar una opinión”.

Y al comentarle que esta temporada se han visto en sólo cinco grandes premios casi tantos incidentes como en temporadas completas del pasado, Maverick tiene su propio argumento para eso: “No creo que el formato influya en la agresividad de los pilotos, pero sí que es verdad que todo el mundo va más rápido y, cuando hay más igualdad, hay más batalla”. En ese sentido, Oliveira cree que como el sábado ya han probado cómo puede ser la carrera, el domingo intentan plasmarlo en la pista toda la información del sábado y se va más atacado. Para el de Aprilia, la clave es que “hay más igualdad. No es lo mismo ir medio segundo más rápido que una décima. La pelea es diferente”.

En ese sentido, hubo unas declaraciones precisamente de Bagnaia, que luego aclaró, en las que decía que era bueno que hubiera diferencias entre oficiales y satélites, como en el pasado. Para Maverick, en cambio, que haya esa igualdad mecánica “es muy bueno. Ha habido gente como Poncharal que ha luchado mucho para que haya igualdad mecánica, aunque económicamente haya una diferencia abismal. A lo mejor tiene un 15 o 20 % menos de presupuesto un equipo satélite que uno de fábrica. Es obvio que si hay igualdad es muchísimo mejor para el espectáculo y para que todos los pilotos tengan oportunidades”.

Respecto a sus expectativas de cara a Mugello, asegura lo siguiente: “Me veo con ganas. Estaba deseando venir aquí porque no podía entrenar más estas tres semanas. Estoy con ganas y cuando estás así necesitas que te suelten la correa para ir a tope. Los tiempos dicen que nuestra moto va bien en todas partes. En circuitos muy diferentes, si hubiéramos estado acertados en distintos momentos del fin de semana, hubiéramos tenido la oportunidad de ganar la carrera. Son detalles y hay que terminar de afinar”.

Mack aún tiene a tiro convertirse en el primer piloto capaz de ganar con tres marcas distintas en MotoGP y lograrlo en Mugello sería muy especial para él. Este autódromo es propiedad de Ferrari, pero también es la casa de Ducati y de Aprilia, así que él sabe perfectamente lo que supondría para la casa de Noale un triunfo en esta pista. “Sería poner la guinda en el pastel. Sería espectacular. No un sueño, porque es el objetivo que queremos cumplir, pero sería devolverles esa confianza que han puesto en mí. Sería brutal ganar en Mugello”, sentencia.