Un Dakar donde “todo será complicado”
La 47ª edición de la prueba (del 3 al 17 de enero) presenta las grandes novedades de su próxima celebración. Comenzará en Bisha y tendrá el colofón final con tres días de dunas.
La cuenta atrás ha comenzado. Mientras que los más nostálgicos continuarán celebrando el cuarto Touareg de Carlos Sainz, el paso del tiempo ya ha dado pie al próximo Dakar. La 47ª edición de la prueba (del 3 al 17 de enero) no solo tiene fecha, sino que también conoce a rasgos generales qué se podrá esperar de una nueva visita a ese desierto, que ya es anhelado. Porque a apenas 80 kilómetros de Barcelona, en Les Comes, entre carpas y pilotos, se respiró un ambiente de lo más parecido a ese vivac que acogerá a partir del próximo enero una nueva celebración donde, como recordó Castera, “todo será complicado”.
Para esta ocasión no se habla de la edición más extrema en Arabia, pero sí de mantener un nivel que hace tan solo un año dejó satisfechos a todos sus participantes. Y eso no quiere decir que haya ausencia de cambios. Más bien todo lo contrario. Porque para empezar, el puerto de partida no tendrá nada que ver con sus antecesores, ya que será la ciudad de Bisha quien de el banderazo de salida a una edición, que tendrá doce etapas más la prólogo en 14 días de carrera (con cinco bucles). Durante el recorrido, “no habrá ninguna especial con menos de 350 kilómetros, salvo la última”, y el colofón final lo pondrán tres días de dunas en el Empty Quarter de Shubaytah, que despedirán la carrera por todo lo alto con las motos y los coches arrancando en línea.
Sería imposible imaginar el Dakar sin el desierto profundo y viceversa. Pero sobre todo, sería imposible imaginar esta carrera sin espectáculo. Y esos tres días de navegación entre chotts y dunas, están pensados para disfrutar. Especialmente en una undécima etapa con más de 400 kilómetros de arena, que tendrá tres recorridos: uno para coches, otro para motos y otro para camiones. Castera explica el por qué: “El año pasado hubo camiones que no corrieron, y eso significa que hay que entender que el Dakar sube su nivel cada año y hay que adaptarse”. De ahí que se reparta igualdad y sobre todo, oportunidades. Porque hasta en cinco ocasiones, el talento del copiloto deberá brillar en la categoría reina ya que una vez se profundice en la primera semana, se repartirán recorridos diferentes para motos (que estrenan roadbook digital a partir de Marruecos) y coches.
Un Dakar con más kilómetros
El director de la prueba marca estos nuevos repartos como el gran aliciente de la edición, dejando atrás una 48 Horas que repite con ciertos matices. Cambiará el escenario, se mantendrán los vivacs diseminados y ampliará su distancia. Los 540 km de 2024 ascienden hasta 950 km en esta segunda ocasión y se podrán establecer brechas considerables, que den cierta seguridad en las dunas. Aunque en el desierto nunca se va sobre seguro. Especialmente en una maratón, donde los pilotos volverán a carecer de asistencia más que la suya propia (limitada a 1:30 horas en el caso de las motos) en 800 kilómetros que pueden marcar el antes y después de una carrera, que vuelve a por todas.
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