Otra alegría para Ford a modo de victoria

Hace apenas una semana, en plena jornada de descanso, Nani Roma admitía que todas las cosas malas llegaban siempre juntas. Y esa misma tendencia, parece que también se puede aplicar para las alegrías en Ford. En una undécima etapa donde todo se retrasó a causa de la niebla, que obligó a esperar a los competidores a la puerta de la especial ante la imposibilidad de volar los helicópteros, la marca del óvalo acabó el día con su segundo triunfo consecutivo de este Dakar. En esta ocasión fue Mattias Ekstrom quien se encargó de llevar al Raptor hasta lo más alto, pues el piloto español comenzó cumpliendo como mochilero para secundar a su compañero... que afortunadamente nunca le necesitó. Porque ese comodín con el que luchar por el podio de la general, se desvaneció antes del kilómetro 138 tras un problema en el coche de la tripulación española.

Por cosas como estas, la victoria absoluta no llegará para Ford en su primera participación con el Raptor. Pero al menos este triunfo de Ekstrom sí que servirá para que la marca del óvalo se estrene con un podio en el rally más duro del mundo. Porque este resultado del sueco es una garantía para la estructura americana frente a Nasser Al Attiyah. En su llegada a meta, el qatarí aseguraba que “es bonito tener un coche para luchar por el podio”, pero recordaba que “un coche nuevo necesita tiempo”. Aunque lo cierto es que en esta edición, ha llegado en igualdad de condiciones con un Raptor que le ha ganado la partida al Sandrider del cinco veces ganador.

Mientras que Nasser volvía a sufrir en las dunas contra todo pronóstico y perdió cerca de cinco minutos (por dos pinchazos) con un problema durante la especial, Ekstrom solo pensaba en continuar al ataque. La estrategia le funcionó al sueco, que se impuso al qatarí por menos de un minuto que es más que suficiente para lograr el bronce si todo sale bien en los 61 últimos kilómetros de carrera. Esos, que por fin pueden tener a Al Rajhi como vencedor de la prueba tras la tercera posición de hoy. Por unas cosas u otras, hasta ahora el Dakar se le había resistido al piloto local; que no podría soñar con mejor estreno como vencedor. Pero tras cumplirse las predicciones de un Al Attiyah que ya descontaba a Lategan de la pelea por las dunas, ese premio parece cada vez más cerca para un piloto que tan solo debe conformarse con acabar.

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Al Rajhi ha recuperado el liderato de la general y tiene a su favor un margen superior a los seis minutos frente a Lategan, después de una undécima etapa en la que el sudafricano acabó quinto; pero demasiado lejos de un top-3 que completó su principal rival. La diferencia entre el piloto de Gazoo Racing y el de Overdrive fue de ocho minutos en 275 kilómetros de lucha contra el crono, que lideraron los recién llegados... aunque de manera puntual. Porque si algo ha demostrado este Dakar, es que la fiabilidad de Toyota ha sido más que suficiente para poder plantar cara a los más veteranos y también a los grandes favoritos. La experiencia en esta carrera es un grado y por si había dudas, el desierto lo ha vuelto a demostrar.