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Clio Rally 3: el primer Renault con tracción total

La firma del rombo, que consiguió el primer título mundial de la historia en 1973, saca su nuevo arma para los tramos cronometrados.

Andorra
Clio Rally 3: el primer Renault con tracción total
Damien DoumergueDPPI

Renault entra en la galaxia de la tracción total. La firma del rombo, que fue la primera en lograr un título mundial con Alpine en 1973, acaba de sacar al mercado su primer vehículo para los tramos cronometrados con transmisión a las cuatro ruedas: el Clio Rally 3. Una mecánica ideal para pilotos que no quieren desembolsar el elevado precio de un Rally 2, pero que tampoco renuncian a las ventajas del 4x4.

El nuevo Renault de rallys incorpora un motor turboalimentado de cuatro cilindros que desarrolla 260 caballos de potencia. Con cambio secuencial Sadev de 5 velocidades y su transmisión a las cuatro ruedas, su precio es de 122.000 euros, la mitad que un Rally 2. Llega con 5.000 kilómetros de pruebas en todo tipo de superficies tras el intenso trabajo realizado desde que en abril del pasado año comenzasen los ensayos.

Y qué mejor escenario para presentar su nueva arma que el Circuito de Andorra, en Pas de la Casa, una pista de hielo y nieve en la que se disputan cada invierno las G-Series, y que también visita el prestigioso Trofeo Andros. Situado en alta montaña, rodeado de pistas de esquí, es el paraíso para los amantes del derrape y la conducción sobre piso deslizante.

Guillaume de Ridder, que fue campeón de mundo de Rallycross y ha competido en rallys, pero que a su vez es ingeniero del equipo Alpine de Fórmula 1, es el encargado de mostrarnos al volante las bondades del nuevo Clio. A pesar de un día ‘de perros’, con una intensa niebla que hacía aún más difícil atisbar el trazado de las curvas, el francés aprieta los dientes y pisa a fondo el acelerador sin titubeos, haciéndolo bailar con una coreografía casi perfecta. A continuación nos cede el volante y se sienta a la derecha para sufrir en sus carnes la prueba.

Y lo cierto es que la mecánica sorprende por la facilidad de conducción incluso en tan difíciles circunstancias. Equipado con neumáticos de clavos, permite disfrutar del circuito andorrano con buena tracción, aunque en alguna curva sea inevitable el patinaje. El motor empuja, el cambio secuencial ayuda enormemente (se acciona sin necesidad de pisar el embrague), y el chasis, suspensiones, dirección y frenos responden a los requerimientos con solvencia. Si en tales condiciones cumple, en asfalto y tierra seguro que es aún más efectivo.