Audi contra Williams: ¿qué es lo mejor para Sainz?
Un fabricante oficial que debe construir su propio motor ante el cambio de reglas o un histórico de la F1, cliente de Mercedes, como destino para el español.
Carlos Sainz deshoja la margarita. Con una ventaja, las dos alternativas sólidas que tiene sobre la mesa le quieren. Y la Fórmula 1 le espera: una vez los tres campeones de la parrilla tomaron asiento, y con el Red Bull de Pérez ya cerrado hasta 2026, Carlos es el principal actor y son los demás pilotos sin contrato quienes aguardan a la decisión del español. Sí, los coches más rápidos ya están ocupados y el próximo equipo de Sainz estará muy lejos de Ferrari en 2025. Pero no conviene menospreciar el valor de mercado de un piloto con ofertas. En 2018, cuando salió de Renault, debió esquivar balas para aterrizar en McLaren y salvar su sitio en la parrilla. Ahora tiene dos escuderías muy pendientes de su destino, y alguna otra en la retaguardia.
Sin haber firmado nada, el madrileño está en conversaciones avanzadas con Sauber y Williams. Hay diferencias importantes entre ambos proyectos: en el caso de la fábrica británica se trata de un histórico de la F1 (nueve títulos de constructores, siete de pilotos y 114 victorias) a la altura de Ferrari o McLaren, aunque muy venido a menos. Desde 2018 han frecuentado el farolillo rojo, el año pasado fueron séptimos. No suma haber contado con algunos de los pilotos menos boyantes de los últimos tiempos, como Latifi o Sargeant. La familia Williams vendió la escudería en 2020 a un fondo de inversión norteamericano y está en plena reestructuración, ahora bajo el mando de James Vowles como ‘team principal’ (ex de Mercedes) y responsable de eliminar el olor a naftalina en los pasillos de Grove, en Oxford. Entre otros detalles negativos, en Australia 2024, mientras Sainz iba camino de su tercer triunfo, Williams solo podía sacar un coche a la pista porque tras el accidente de Albon no tenían un chasis de repuesto.
Ahora los puntos a favor: Albon ha estado siempre cerca del top-10 tanto en clasificación como en carrera. Además, el FW46 acusa el sobrepeso, conforme sean capaces de aligerarlo hará progresos de rendimiento. Vowles asegura que el coche de 2025 ya está en el túnel de viento, se entiende que renuncian a muchas evoluciones en 2024 para beneficiar el próximo curso. Y lo más importante: tendrán motores Mercedes en 2026, antes del enorme cambio de reglas en las unidades de potencia (la mitad de la energía será eléctrica), y eso garantiza iniciar el próximo ciclo con una mecánica fiable y probada ante lo que será una verdadera lotería. En el corto plazo es una alternativa bastante razonable.
Al otro lado está Sauber. Audi compró una parte mayoritaria de la escudería y la absorberá como equipo oficial y fábrica de motores en 2026. Serán un equipo de fábrica, con todas las letras. Eso es muy positivo. Pero llegarán desde abajo en una tecnología desconocida (aunque hayan fabricado motores híbridos y eléctricos en Le Mans, el Dakar o la Fórmula E). Honda sufrió mucho con las unidades de potencia junto a McLaren (2015-2017) antes de empezar a tener éxito en Red Bull (2019-2024). Así que el proyecto es a largo plazo, y Sainz debe ser consciente de que renuncia a mejores resultados en los años de madurez de su carrera (cumple 30 en septiembre) a cambio de jugar una carta muy valiosa quizás de 2027 en adelante. Se ha repetido hasta la saciedad que Audi ha ganado en todo lo que ha corrido. Pero es verdad.
En contra: los grandes grupos de la industria del automóvil no siempre son fiables por sus drásticos cambios de rumbo. Los vaivenes recientes de Alpine y Renault son un buen ejemplo. Volkswagen tardó en decidirse, hubo relevos en la alta dirección, Porsche iba a sumarse pero luego no, y desde el paddock se escucha frecuentemente que Audi va tarde a la hora de incorporar personal cualificado que desarrolle su motor en Neuburg, sobre todo porque el techo de gasto impide hacer ofertones a la indispensable clase media. Dicho eso, Sauber ya tiene como CEO a uno de los ingenieros más respetados de la F1, Andreas Seidl, arquitecto del regreso de McLaren. James Key es el director técnico. No pasan por un buen momento en 2024, son últimos sin puntos, aunque algo de responsabilidad tendrán dos pilotos como Bottas, en el ocaso de su carrera, y Zhou, buen gancho para el mercado asiático.
Lo anterior, a grandes rasgos, es lo que tiene Sainz encima de la mesa antes de decidir su próximo desafío en la Fórmula 1. Puede decidir y no hay prisas ni presiones para que lo haga de manera inminente. Aunque con Red Bull y Mercedes ya fuera de la ecuación, esta carpeta no se va a perder entre los papeles. No debe quedar mucho tiempo.