Alpine se equivoca con Alonso
Aston Martin es una incógnita en 2023. Noveno coche ahora en la clasificación de constructores con Vettel y Stroll. Han ejecutado unos cuantos fichajes de peso para la fábrica empezando por Dan Fallows, antiguo jefe de aerodinámica de Red Bull, pero es difícil hablar hoy, en caliente, de proyecto ilusionante cuando hace pocos días, en Hungaroring, era el propio Alonso quien se refería a Alpine como la “prioridad” para el año que viene. Insistía Fernando en que cuando dos partes quieren ponerse de acuerdo, “la negociación son diez minutos”. Ahora queda claro que nunca hubo un acuerdo, que las conversaciones tirantes presagiaban una ruptura. Pero muy pocos lo sabían: el domingo por la tarde, en el mismo paddock de Hungría, Szafnauer aseguraba que faltaban “pequeños detalles” para cerrar la renovación del asturiano.
Alpine no dio cariño a Alonso. Por los constantes halagos o comparaciones con Piastri, campeón de Fórmula 2 con cero grandes premios en la Fórmula 1; más el contrato de cuatro años a Ocon como estrella de futuro, que ha estado regularmente por detrás del español esta temporada más allá de lo que diga la tabla de puntos. Además, Fernando fichó por el Renault con Cyril Abiteboul, Marcin Budkowski y Alain Prost; no por el Alpine de un Laurent Rossi que ha eliminado todas las voces discordantes, y ahora también Otmar Szafnauer. Posiblemente no ayudó la sugerencia de enviarle al WEC después de la F1, esa propuesta equivalente a guardarle el asiento a Piastri durante una o dos temporadas. Es evidente que la propuesta económica tampoco estaba a la altura. El fichaje de Alonso por Aston Martin, antes que acierto de la firma británica, es un gran error de la fábrica de Enstone.