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DAKAR | CASTERA

“Esto es una escuela de humildad”

El director de la carrera asegura que esta 46ª edición “es 20 veces más complicada que en los años 80″ y advierte que habrá incertidumbre hasta el último día.

Al Ula (Arabia Saudí)
David Castera, director del Dakar.
Charly LopezA.S.O./C.Lopez

Aventura, dificultad y humildad. Esas son las tres palabras con las que David Castera (Francia, 53 años), describe un Dakar que presenta su versión más exigente desde que llegó a Arabia Saudí, con el nuevo formato 48 horas como gran reclamo. “Es una locura, pero va a ser algo especial”, asegura el director de la carrera en un encuentro con la prensa española donde augura una guerra abierta hasta el último suspiro, tras haber reservado “a conciencia” una de las etapas más complicadas para el final. El aviso está dado.

—Defina con tres palabras qué va a ser este Dakar.

—Las tres palabras son aventura, la dificultad y la humildad. Y te explico el por qué de cada una. Aventura porque introducimos la etapa de las 48 horas. La gente me dice que es más como una aventura y yo creo que sí. He pasado cinco días ahí, lo he vivido y está en medio de la nada. Para mí es importante guardar un poco de este espíritu y hemos trabajado en este sentido durante todo el Dakar. Segundo la dificultad, porque cuando llegué en 2020 lo hice con muchas reservas y tenía que aprender un poco, estando en mi puesto, cómo era Arabia Saudí, el país el desierto y cómo trabajamos con los saudíes, la gente local... para entender hasta dónde podía llegar. Ahora creo que tengo en mi mano todos estos parámetros y me siento más cómodo para dar un paso adelante en dificultad. La humildad es por los competidores, porque un Dakar se gana, se pierde... van a tener momentos fáciles y momentos difíciles y así es la vida. Yo creo que habrá algunos que se equivocarán y no hablo únicamente de los primeros, hablo en general del Dakar. Hay pilotos buenos, pero hay 80 o 90 que están ahí por otras cosas, entonces hablo más por ellos. Pero siempre el Dakar es a veces una escuela de humildad, porque pasan cosas, se equivocan, se paran, se pasa frío, tienen días malos y hay de todo. Cada uno sale de su zona de confort y si ninguno sale de esta zona? Yo creo que me equivoqué al final porque el Dakar si escuchamos hablar a un Carlos (Sainz) o a un Sebastien (Loeb). Es una obsesión, trabajo para que haya de todo.

—El nuevo formato de 48 horas parece ser el gran atractivo de esta edición. ¿Qué cree que puede aportar a la carrera?

Cada año, ya me conoces, intento contar una historia dentro de la historia, porque el Dakar es una historia enorme. Pero si se puede poner una pequeña nota al margen, yo intento ponerla. Esta etapa la tenía en la cabeza desde hace mucho tiempo por una persona que se llama ‘Fenouil’ (Jean-Claude Morellet). Él siempre quiso parar a los competidores a las siete de la tarde, que durmieran al lado de la moto y siguieran a la mañana siguiente. Eso es una locura en el mundo de hoy. Pero la idea me gusta. Yo soy más de los Dakar de mucho antes. Tengo un problema, que nunca he hecho los Dakar de los 80 y eso, la verdad, es algo que me da mucha pena, una pena enorme. Eso habla un poco de la filosofía que tengo en la cabeza. No podía hacer eso con todos los competidores que tenemos, es complicado de gestionar, se van a quejar de que no hay comida, no hay nada para dormir… entonces he pensado cómo lo podía aceptar. Así, he hecho 6 o 7 vivacs en diferentes lugares y a una hora determinada cada uno tendrá que ir al vivac que tenga más cerca por delante. De esta manera, no tengo la idea inicial, pero se queda cerca. Se van a parar en un lugar que no hay nada, que no se piensen que van a tener un vivac como el resto del rally, que hemos puesto el listón muy alto en los últimos años. Allí no habrá nada. Habrá dos coches, uno médico, otro de comisarios locales y de ASO. Cuando lleguen se les dará una tienda de campaña, un saco para dormir y una ración de comida militar. Pero militar, militar. Mi hijo está en el ejercito francés y me ha ayudado a comprar entre 400 y 500 raciones como las que tienen ellos cuando están de misión. A la mañana siguiente se levantarán y continuarán. Tendremos esa ración de aventura en esas dos jornadas, pero luego siempre es lo mismo, los primeros lo vivirán de una manera, y los demás, de otra.

—Eso significa que puede haber pilotos que completen casi en su totalidad el recorrido en el primer día.

—Sí, correcto. De todos los cálculos que hemos hecho, creemos que tres o cuatro motos van a llegar hasta el último vivac y les quedarán sólo 80 kilómetros para terminar. Pero eso les pasará a los 10 o 20 primeros. Voy a tener muchos en el vivac B y muchos en el C. Hemos mirado todos los datos de la etapa del año pasado en las dunas del Empty Quarter para ver cuánto pierden los últimos y el paquete del medio con los primeros. Lo hemos extrapolado para el recorrido de esta etapa 6 de este año. Era clave para saber cuántos competidores tendremos en cada vivac, porque tengo un problema de logística. Tengo que traer la tienda de campaña, el saco de dormir y la ración la noche previa para cada uno. Haremos un reparto a primera hora de la mañana y cuando vayamos viendo cómo está la carrera, ajustaremos ese reparto. Es una locura total, pero va a ser algo especial.

—Todos hablan de esa etapa seis, pero ¿hay otras especiales marcadas en rojo en su calendario?

(Risas) Me río porque todo el mundo habla de esta etapa y puede que se en la que menos cosas pasen. Este Dakar va a empezar muy fuerte. Es lo que digo siempre, pero no sé si la gente no me escucha. Cuidado, porque las etapas 1, 2 y 3 no son fáciles, tienen muchos kilómetros para empezar un Dakar. La primera es en un lugar increíble, muy bonito, pero con muchas piedras, no es sencilla. La segunda es larga, no tan difícil. Y la tercera también es larga y complicada porque hay de todo: arenas, dunas, cañones, navegación. Es la más exigente porque tiene todos los ingredientes. Entonces, mucho cuidado con las tres primeras etapas. Después será un poco más tranquilo, hasta la seis, que será particular porque es la de 48 horas, y empezamos una segunda semana que no está terminada. Ahí tengo marcadas en rojo la 7 y la 11, sobre todo. He querido meter una penúltima etapa muy dura. El año pasado la hicimos Yanbu-Al Ula como segunda y todos pincharon. Será exactamente la misma zona, aunque no los mismos caminos. Lo he hecho a conciencia porque quería tener una etapa dura el día antes de terminar. He trabajado con la experiencia del año pasado el equilibrio general de este Dakar. Tenemos una consecución de entre cuatro y cinco etapas normales, con mezcla de dificultades; las dunas duras con un nivel más alto que el año pasado y luego, de la 7-12, con dificultad media y un poco de todo. Quise poner las dunas a la mitad y no al final para equilibrar la propuesta un poco más.

—Da a entender que la navegación volverá a ser clave...

—Sí, pero tengo un problema con la navegación. Por un lado lado tengo a las motos, que me piden mucha navegación, y luego tengo a los coches, que me piden menos, sobre todo tres personas (risas). No, es verdad, que siempre se quejan de si hay demasiado, si lo otro… entonces la verdad es que lo voy a hacer de dos niveles diferentes. Tenemos la capacidad de hacerlo así ahora con el tema de la tablet, entonces voy a poner un ‘roadbook’ con mucha navegación a las motos y un poco menos a los coches. Pero para mí es parte fundamental del Dakar y de los rally raid, entonces la voy a mantener sí o sí.

"No veo más la Fórmula 1 ni MotoGP porque ya sé quién va a ganar antes de empezar"

David Castera

—¿Sigue para adelante la división de recorridos?

—Sí, el trazado es el mismo, pero dentro del trazado no van a buscar el mismo ‘waypoint’. Con más dificultad para las motos, menos para los coches, pero al final meto una pizca de confusión porque no van a buscar el mismo punto, no van a dar vueltas en el mismo lugar. Es más fácil así que cambiar todo el recorrido para cada uno. Pero, en la especial 48h va a cambiar mucho la filosofía, porque los coches van a empezar sin huellas, van a hacer 500 kilómetros sin huellas. Van a tener que navegar mucho más. Esta vez lo hicimos en el lugar más complicado, que nos ha llevado mucho tiempo. La seis nos ha llevado seis días diseñarla. ¡Imagínate! Pero podemos meter más etapas así en el futuro. Yo no voy demasiado rápido. Podría haber llegado el año uno y haber cambiado todo, y si me equivoco, la gente me corta la cabeza. De momento no van a buscar el mismo waypoint, voy poco a poco, aprendiendo, pero el año próximo puedo separar más etapas.

—¿Cuántas dunas habrá y qué grado de dificultad se encontrarán los competidores?

—No he echado las cuentas mucho, pero en la etapa 6 hay tantas dunas que creo que nunca antes en el Dakar se han hecho tantas dunas como habrá este año. Se habla siempre de los años 80 o los 90, pero no había tantas dunas. Había dos kilómetros y se hablaba como si fuera algo súper difícil. Pero hay que pensar que los Dakar que hacemos ahora, son 20 veces más complicados que los Dakar de los años 80. La aventura pura en la que hacían 1.500 km en un solo día, que era una locura total, sí que estaba ahí, pero es algo imposible de hacer hoy. Pero a nivel de dificultad, no la había. Es por eso que se podía correr con los coches que corrían entonces. Hoy te ríes si vienen al Dakar con un coche de esos, pueden hacer tres kilómetros antes de pararse y no poder continuar. Este año es el Dakar con más dunas de toda la historia del Dakar…. En el Empty Quarter la etapa va a ser un ‘chott’, dunas, un ‘chott’, dunas... y haciendo un cálculo serán 300 km de dunas. ¿En qué momento del Dakar se hicieron tantos kilómetros de dunas? Nunca.

—¿Ha valorado algún plan B en caso de que las lluvias castiguen a la carrera como el pasado enero?

No, la lluvia es parte de la carrera. No puedo tener un plan para cuando haga buen tiempo, otro para el frío, otro para la lluvia… en el Dakar es muy complicado tenerlo todo controlado, hay muchas variables. Tendría que hacerlo en 2030 si tengo que tener un plan para cada circunstancia. SI hay que cancelar alguna etapa, se cancelará. Es como el chico que sube al Everest y si hace mal tiempo se queda abajo y espera. No es que no lo tenga en cuenta, porque por ejemplo hemos cambiado los vivacs que el año pasado se inundaron. Ahora están todos en un lugar más alto, con un terreno más duro. Se han hecho modificaciones, pero un plan B total, la verdad es que no.

—Con todos estos cambios, ¿cree que el guion será diferente al del año pasado donde Al Attiyah sentenció prácticamente la carrera al principio?

—No lo sé, pero yo he trabajado para tener un recorrido que permita tener interés hasta el final. Ahora es como la F1 o MotoGP, yo no las veo más porque ya sé quién va a ganar antes de empezar. Pero qué vas a hacer cuando un piloto está mejor que el resto... es algo complicado. Lo que me gusta es que este año Nasser no tiene el mismo coche, tiene un coche menos fiable y se puede esperar que no sea igual. Pero el resto también tiene que trabajar para estar más cerca de él. Lo que os puedo asegurar es que el recorrido está hecho para que puedan pasar muchas cosas, así que veremos a ver si pasan.

—¿Le preocupa que llegue la retirada de estrellas como Sainz o Peterhansel?

—Bueno, está empezando a haber relevos, están asomando jóvenes y es cierto que no son esas grandes figuras todavía y que les va a costar un tiempo. Pero no, no me preocupa. Al contrario, estoy contento. Son nombres grandes pero siempre hay que refrescar las cosas, siempre hay cambios de generación y es normal. Estoy muy contento porque desde hace tres o cuatro años hay muchos jóvenes que se están introduciendo en el rally raid, gracia a los T3 y los T4, y el desarrollo que hemos hecho en los últimos años. Esos jóvenes ahora pueden pasar a T1, como es el ejemplo de Seth Quintero, De Mevius, Morales, Pau Navarro… que tienen apenas 20 o 22 años. Nunca antes había pasado esto. Es ahí donde tenemos que trabajar y empujar todos porque son el futuro de esta disciplina tan particular. Son ellos los que van a contar la historia del Dakar del mañana. No estoy preocupado porque Stephane o Carlos puedan llegar a parar.

—¿Le falta algo a este Dakar?

—Siempre hay cositas. Pero las federaciones me dicen: ‘Tranquilo, David, tranquilo’. Me han frenado pero no tanto como se pueda pensar. Todo esto es un equilibrio, es normal, yo tengo que aprender a trabajar así (con la FIA y FIM), pero para mí no es un problema. Realmente no se han frenado cosas grandes, luego son pequeños detalles y ajustes con las ideas que tenemos cada uno. La realidad es que hemos encontrado con las federaciones un equilibrio bueno y trabajamos con gente que ha entendido que el rally raid es diferente y que no se puede tratar como la F1 o como el rallycross. Se están mezclando pilotos profesionales con amateur, con niveles tan diferentes, con presupuestos tan diferentes… es muy complicado encontrar ese equilibrio del que hablo, pero afortunadamente avanzamos bien, tenemos más competidores y constructores que nunca. Ford, Toyota, los BRX que se convertirán en Dacia, que vendrá a tope… hay gente interesada. Y eso es lo positivo, que estamos creciendo.

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