El todo o nada de Marc Márquez

No debe ser nada fácil convivir con una cámara durante toda una temporada de MotoGP, y más si en la misma las cosas no salen como uno esperaba. Incluso al despertarse de su cuarta operación en el húmero del brazo derecho lo primero que veía Marc Márquez era la cámara que le estaba grabando para la docuserie de Amazon Prime Video, de cinco capítulos, que mañana ve la luz y que hoy ha presentado en Madrid antes de darse un paseo en moto por las calles de la capital, acompañado de una caravana de aficionados también sobre dos ruedas.

Después de ese paseo desde Puerta del Ángel hasta Plaza de España, exhibiéndose también por una Gran Vía cortada para él, se ha estrenado al público en pantalla gigante el primer capítulo de Marc Márquez: All Inn, ese con todo o todo o nada del ocho veces campeón que le acercará aún más a la afición. El ilerdense tenía claro que la temporada pasada, tras un calvario de dos años que se prolongó inesperadamente uno más, en 2022, era el momento de dejarse grabar en su intimidad: “Soy muy abierto en mi ámbito profesional, pero nunca había enseñado lo que es mi núcleo. Había tenido muchas propuestas de hacerlo antes, pero no tenía sentido hasta que llegara el mejor equipo para hacerlo. Y segundo, tampoco estaba preparado mentalmente para hacerlo. He vivido dos años difíciles y duros con la lesión, pero también me han hecho ver la vida de manera diferente y pensar en por qué tanto hermetismo. Uno es como es, con sus puntos fuertes y débiles, y esto me ha hecho ser más maduro y no tener miedo de exponerme”.

Lo que no tenía previsto Marc y el equipo de grabación es que el guión diera los giros imprevistos que dio el curso pasado: “La idea inicial era que venía de dos años lesionados y que quería volver a ganar, porque podía, pero de golpe me lesiono de la vista y llega la cuarta operación del brazo. De golpe, all in, ir con todo. La última oportunidad. Era eso o retirarme, con la suerte de que me lo estaban grabando. Y puedo volver a competir a final de temporada y hacer un podio. Hay momentos de tensión con Honda, con mi gente, momentos felices y, cuando he visto el resultado, ha valido la pena. Es difícil para un deportista estar pendiente de lo suyo y a la vez tener una cámara al lado. Te despiertas del quirófano y está la cámara al lado, lo que no es fácil, pero te acostumbras a la cámara. El equipo de David era súper humano y eso nos hacía desconectar”.

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El del Repsol Honda tiene claro qué es lo que más le ha costado: “No me ha costado nada mostrar algo, porque cuando me decidí es que me veía preparado para mostrarlo todo. Sí que es cierto que una de las cosas que yo no entendía durante el año es que me hacían siempre la misma entrevista, en el mismo sitio, con la misma ropa, y era para que viera cómo iría cambiando durante el año. Por ejemplo, cuando rompo a llorar es porque veía el final muy cerca. Luego, sentado en el mismo sitio, soy capaz de hablar de retirada riéndome, en plan qué me estás costando. Ha sido un año complicado y la historia ha sido muy humana. Es el otro lado del deportista, el lado que no quiere un deportista que se grabe, porque cuando lo pasas mal te molesta todo. Hasta tú mejor amigo te molesta y quieres momentos de soledad. Abrirte a que lo graben humaniza mucho la historia. Es una docuserie que muestra cómo puede cambiarte la película de un día para otro”.

Y una reflexión que muestra bien claro su carácter de ganador antes de abrir el turno de preguntas a los periodistas: “Han colgado una pancarta gigante en Madrid que pone ‘esto lo hago para ganar’, y es así. Lo hago para ganar. Para mí no tiene sentido seguir corriendo para rellenar la parrilla de salida. Todo lo que hago es con todo y mi felicidad es la vida, pero lo que me da la gasolina en el cuerpo es el ganar. Es la recompensa que busca uno y el objetivo es volver a luchar por un Mundial, que físicamente pueda estar listo para ello”.

Como no podía ser de otra manera, en la docuserie se habla de Rossi: “Cuando me he visto en el documental, me he visto yo. Dije: ‘Soy así’. No tienes la misma mentalidad con 20-25 que con 30 años. No puedo gustar a todos, no existe la persona perfecta. Ha pasado mucho este año. Se exponen todos los temas, como lo de Rossi. Personalmente, no me aporta nada, pero se tiene que tocar y hablar con sinceridad”.

Sbre la forma de encontrar un final para el documental, Marc asegura que “todo fue improvisado. Por ejemplo, los dije: ‘Coged un billete que nos vamos a América’. La historia es surrealista. Estoy compitiendo, en Le Mans, y a la vez, el viernes hablo con el doctor”.

El público que se busca con esta docuserie, que “humaniza a un deportista”, es amplísimo, porque quiere “llegar a todo tipo de público. El primer capítulo es más de quién es Marc Márquez. Quien la sigue, la consigue, puede tener éxito. Se transmite a Marc, sin más, no se hace con el objetivo de transmitir nada. Por mi carrera, hasta 2019, parecía un super héroe, pero de un día para otro te cambia la vida. Pasa también a las personas. Es importante ver que no todo es idílico”.

Su ambición está intacta pese a todo lo ganado y todo lo vivido: “Quiero otro título. Para hacerlo, te expones al riesgo, puede pasar otra lesión. El motociclismo también tiene eso. Si no, cualquiera cogería una moto. La pasión puede con cualquier cosa. Mi pasión siempre serán las motos. Tengo 30 años y todavía me queda mucho”.

Sobre su estrecha relación con los Sainz, dice: “Una de las personas que más me ayudó al venir a Madrid fue Carlos Sainz padre. Me gusta escuchar a la gente con experiencia de la vida. Le preguntaba todo. No quería cambiar mi estilo de deportista. Lo hemos logrado. Con el hijo, buscas gente para entrenar de nivel porque te esfuerzas el doble y eso se nota luego”. Sobre su residencia en Madrid: “De momento, me quedo. He conseguido sentirme como en casa”.

De la Honda 2023 ya habrá tiempo de hablar en profundidad, porque de momento sólo dice esto: “Honda es el primer interesado en cambiar las cosas. Hay momentos de meter caña y ahora es de estar unidos. No se cambia de un día a otro. Veremos. El jueves de Portimao diré: ‘Podemos estar para esto o no’”.

Y acabó con un agradecimiento a su hermano Álex, parte importantísima de su entorno: “A mi entorno le costó un poco. Hacer el documental lo decido yo, pero por ejemplo mi hermano, también piloto, tenía una cámara todo el rato al lado. Lo valoro mucho. Les estoy muy agradecido”.

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