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MOTOGP | AUSTRIA

El matiz por el que Maverick se pensaría dejar ganar a Aleix

Al preguntarle si aceptaría un ‘OK P2′ yendo el primero y su compañero segundo, pregunta: “¿Pero primero con cuánta ventaja”.

SPIELBERG
Maverick Viñales.
Steve WobserGetty

Qué interesante y que distendo ha sido el encuentro de Maverick Viñales con los medios españoles en la sala de prensa del Red Bull Ring que acoge este fin de semana el GP de Austria de MotoGP. Justamente en la pista en la que tantos disgustos y sustos ha experimentado en el pasado, se le ve ahora encantado al catalán de Roses en su nueva vida como piloto Aprilia. Llega a esta cita con dos podios consecutivos en su haber (tercero en Assen y segundo en Silverstone) y merodeando la victoria, pero con la lección bien aprendida de que lo primero es ayudar a Aleix Espargaró a que le dé el título de MotoGP a la casa de Noale. Y ello puede conllevar que Mack deba scrificar incluso su primera victoria con la moto italiana, la que sería la tercera con una fábrica diferente tras las conseguidas con Yamaha (ocho) y Suzuki (una). Eso sí, con un matiz...

AS le ha pedido a Maverick que se ponga en la situación de estar liderando la carrera a pocas vueltas del final, con Aleix segundo, y ver que desde el muro le ponen en su pizarra el mensaje ‘OK P2′. Al preguntarle que se pusiera en esa situación, sacó el caníbal que lleva dentro antes de asegurar que obedecería órdenes de equipo incluso en un caso así. La conversación ha sido la siguiente:

-Habla de lo bonito que sería ganar con tres fábricas... Pues bien, póngase en situación: lidera la carrera a pocas vueltas del final, con Aleix segundo. ¿Aceptaría en ese caso una orden en la pizarra de ‘OK P2′?

-¿A cuánto está Aleix de mí?

-Pongamos que dos segundos.

-Si va muy cerca, sí, claro que lo aceptaría, porque nuestro trabajo es hacer a Aprilia campeona del mundo.

-¿A qué distancia no aceptaría semejante orden?

-(Risas). Hombre, un poco más lejos... (Más risas). Lo importante es que Aprilia y Piaggio sean campones del mundo. Está claro que yo quiero la victoria, pero qué mejor victoria que el título para una marca que lo está apostando todo y que ha apostado por mí. Mi momento con Aprilia llegará, lo tengo clarísimo. Quizás en un futuro las cosas sean al revés, pero ahora mismo toca trabajar. Son ocho finales las que quedan, ocho finales que hay que lucharlas y como más puedo ayudar es intentar ganar carreras, que es como puedo ayudar realmente”.

Hablando de otras cosas, el de Aprilia no le da excesiva importancia a la lluvia de piropos que está recibiendo últimamente: “Bueno... Al final, yo siempre he sido igual. Una de las cosas que me más gusta y que más me caracteriza es que siempre digo la verdad. A veces me fastidia, pero creo que eso es algo bueno en la vida y voy muy de frente. Es muy importante el cambio con Aprilia, el sentirme en casa, muy arropado, querido más que arropado. Estoy involucrado en un proyecto de mucha magnitud, en MotoGP, con Aprilia y Piaggio, que quieren luchar por el Mundial. Estoy feliz por la situación y el momento, pero todavía queda mucho camino por hacer.

Sobre lo que le ha cambiado la vida en un año, porque Maverick llega ahora feliz y encantado a Austria, donde las ha vivido de todos los colores... Desde ver pasar por los aires muy cerca de él las motos de Zarco y Morbidelli, rozándole a él y a Rossi, a tirarse en marcha a mucha velocidad por quedarse sin frenos o al capítulo final de su guerra con Yamaha, intentando destripar el motor de la M1, lo que dio paso al posterior castigo de la casa de los diapasones de dejarle una carrera sin correr y la posterior ruptura con contrato en vigor. Ahora todo es diferente para Mack: “Siento que el viento me empuja y tengo ganas de subirme en la moto y sacar mi máximo potencial. Es un momento dulce, para nosotros y para Aprilia. Sabemos que tenemos una buena oportunidad en Austria y en las carreras que vienen, porque son muy buenas para mi pilotaje. Con los pies en la tierra, sabemos que el objetivo es ganar. Hay que trabajar duro e ir a por ello desde el viernes. El clima parece un poco complicado, pero hemos resuelto bien entrenamientos en agua”.

Y por último, otro guiño y agradecimiento a Aprilia, en general, y a Massimo Rivola, el jefe, en particular: “Me encantaría ganar con tres marcas distintas, pero lo que me gustaría es rematar el trabajo con Aprilia. Nuestro objetivo es ganar, que es de lo que hablé con Massimo. Tenemos una relación muy buena. Me gusta Massimo porque es una persona muy determinada, de acción, y eso a mí me encanta, porque soy de acción. ¡Me llamo Maverick! (Risas). Soy de acción y con Massimo me entiendo a la perfección y me ha cuidado mucho en los momentos difíciles, cuando sabíamos que tocaba aguantar, ser pacientes y trabajar. Ahí hemos trabajado todo el equipo de la mano. Massimo es una pieza fundamental, y también Romano (Albesiano), haciéndome entender el ADN de esta moto. Venía de motos muy distintas y a veces no la entendía, pero me iba a Romano y le pedía que explicara el concepto de la moto. Me ha ayudado mucho a entender y llegar donde estoy ahora”. El nuevo Mack merece mucho la pena, dentro y fuera de la pista.