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F1 | TEST BARCELONA

Red Bull lo ha vuelto a hacer

McLaren y Ferrari lideran en la primera jornada de test, con Sainz tercero, pero la mayor sensación la causa un RB18 'hueco'. Alonso, octavo.

Barcelona
Carlos Sainz (Ferrari F1-75) y Max Verstappen (Red Bull RB18). Barcelona, España. F1 2022.
ALBERT GEA

Los equipos se apresuran a decir que están "recogiendo datos" o trabajando la "correlación entre el simulador y la pista" y que lo de menos son los tiempos y la velocidad. Sí, por eso Hamilton se pasó varias veces de frenada, por eso Alonso hizo retorcerse al Alpine recién estrenado, por eso Sainz protagonizó una bonita persecución tras Verstappen. Aunque sean de fogueo, son balas, son coches reales, y en una Fórmula 1 tan novedosa e igualada a la décima ninguna escudería puede permitirse esconder lo fundamental.

Los test de Barcelona comenzaron este miércoles con varias conclusiones: McLaren quiere gustar, Ferrari ha hecho un buen coche y Red Bull ha dado una vuelta de tuerca al reglamento aerodinámico. Mercedes no asusta, no de momento, y del resto se desprende un catálogo de coches fiables y robustos, todos de un nivel similar. Apenas hubo incidencias en esta primera jornada de la reglamentación, cuando en el pasado eso hubiera significado un carrusel de banderas rojas. Sólo se asomó la amarilla cuando a Norris se le paró el MCL36 en la salida del pit lane, y pronto lo resolvieron. El inglés se hizo a última hora con el mejor registro del día. Si bien el coche de Woking no es el más espectacular, resulta convincente.

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Ferrari sí causó impresión. Ese F1-75 lleva el reglamento más allá. De esta calle de boxes se desprenden coches continuistas, algo así como adaptaciones a 2022 de los monoplazas del 2021, y en esa lista se puede incluir al propio MCL36, Mercedes, Alpine, Aston Martin, Alpha Tauri o Williams. No quiere decir que sean mejores o peores pero simplemente, a pie de pista, recuerdan a la generación anterior por su comportamiento. Luego están el Red Bull y el Ferrari, dos carrocerías esculpidas con agresividad de las que se podría decir, burdamente, que les falta un trozo. A primera hora, el propio Hamilton o James Key, director técnico de McLaren, se paseaban sin disimulo delante del garaje de Milton Keynes para ver qué se le ha ocurrido este año a Adrian Newey. Pues bien, lo que se le ha ocurrido sólo se le ha ocurrido a él.

El campeón, noveno en el estreno

En la pista, mucha fiabilidad como tónica y pocos alardes de los grandes. Russell y Hamilton compartieron el Mercedes y fueron cuarto y quinto, respectivamente, en la tabla de tiempos. Verstappen estuvo al volante del RB18 todo el día para superar la frontera de las 150 vueltas, más que nadie, buen síntoma. Su 9º en la clasificación no impone. El número uno en el coche, sí. Justo delante de Max, Alonso aparcó octavo al Alpine, también con una paliza de vueltas. La escudería de Maranello fue relativamente efectista con intentos de vuelta rápida. Leclerc rodó en 1:20.1 y Sainz, tres décimas por detrás aunque en condiciones muy diferentes, y ambos quedaron segundo y tercero tras Lando. El Ferrari gusta.

Entre las particularidades: todos los monoplazas botan ligeramente, como si hubiera baches, cuando alcanzan las velocidades más altas en la recta. Habrá que buscar una explicación en la física. Pero todos muestran un nivel aceptable. Sólo Haas y Alfa Romeo, que apenas rodó por la mañana con Kubica, parecen haber arrancado 2022 con el pie izquierdo. Delante, la clasificación sitúa a McLaren con unas décimas sobre Ferrari. Pero nadie mira los tiempos. Todos miran al Red Bull.