Ese movimiento filosófico o estado de ánimo denominado El Plan se convierte hoy en algo tangible, en un coche de carreras, en el resultado de años de trabajo y esfuerzo por parte de una fábrica que quiere volver a ser relevante en el Mundial de Fórmula 1. Alpine presenta esta tarde en París, a las 18:00 horas CET, el A522 que pilotarán Alonso y Ocon en 2022.

Es el segundo modelo de Enstone bajo el paraguas de la marca francesa de deportivos, al amparo de Renault, y el objeto de todos sus progresos en el último año, porque apenas se desarrolló el A521 durante la temporada 2021 para que este nuevo Alpine partiera con esos metros de ventaja. Más allá de los cambios en el aspecto visual, como causa del nuevo reglamento aerodinámico, también se espera que la nueva unidad de potencia brinde un salto cualitativo a un chasis que no era, ni mucho menos, deficiente en el curso pasado. Con más motor, el primer Alpine habría sido un gran coche. Si esa ganancia de caballos llega a partir de ahora, se podrá tomar en serio al monoplaza de Alonso.

Cien carreras para ganar

Alpine ganó el último GP de Hungría con Ocon y sumó otro podio más en el pasado año, el de Alonso en Qatar. Fueron quintos en el Mundial de constructores. Insuficiente para aspirar a victorias en circuitos normales y domingos sin sobresaltos.

El plan de la escudería para volver a ser grande fija en 100 carreras, cuatro años, la meta. En los últimos meses ha habido vaivenes políticos y cambios en la directiva: se fueron Budkowski (CEO) y Prost (asesor y referente), se promocionó a Fry (director técnico) y se fichó a Szafnauer (team principal) y Famin (director de Viry, la fábrica de motores). Lo único que no cambia es el hambre de Alonso, de 40 años, y Ocon, de 25. Buena alineación, bonita marca. ¿Y coche rápido?