"Estoy orgullosa, sacamos buen provecho de lo que teníamos"
La catalana analiza en AS su primer Dakar en coche. "Este año ha sido un cambio radical, lo he disfrutado mucho más", dice tras ser 23ª con el Mini.
Quien le haya seguido, sabe bien que no fue un Dakar cualquiera para Laia Sanz (Barcelona, 35 años). Fue el duodécimo en su historial, pero el primero que acabó al volante de un coche, el Mini All 4 Racing de X-Raid que compartió con Maurizio Gerini. La catalana analiza con AS en Madrid su 23º en la general tras unos días de reposo obligado por la COVID: "Hay que ver el lado positivo, lo he pasado suave y llevaba medio año sin estar seis días seguidos en casa".
—¿Cómo sienta acabar un Dakar por primera vez en coche?
—Pues muy bien, sienta diferente. Normalmente, volvía de correr el Dakar y estaba destruida y este año he vuelto bien y con muchas ganas ya del próximo. Me lo he pasado muy bien, lo he disfrutado.
—Le da igual en moto o en coche, pero el Dakar de momento no puede con usted. 12 de 12.
—Bueno, bueno… Esperemos que siga así, pero al final tarde o temprano se acabará la racha. El objetivo este año era acabar, que siempre es complicado, y en coche hay más posibilidades de que pasen cosas porque es muy fácil arrancar una rueda, tener un accidente… Creo que lo hicimos bien, el resultado fue bueno y aprendimos mucho, que era el otro objetivo.
—Una vez reposado su debut en coches, ¿la mili ha ido mejor de lo que esperaba?
—Sí (ríe), muy contenta porque hay que ver toda la parte positiva. Es verdad que el resultado podía haber sido mejor, sobre todo por los órdenes de salida de la primera semana, que nos perjudicaron mucho. No solo era adelantar a gente o estar en el polvo, sino que la arena estaba húmeda (por las lluvias), se hacían unas roderas increíbles y la pista estaba muy lenta. Hubo días que perdíamos media hora por cómo estaba la pista saliendo más atrás, aunque también aprendimos al salir desde ahí y hacer un poco la mili, que es lo que nos tocaba este año. En el Dakar a todo el mundo le pasan cosas y es verdad que nosotros pinchábamos mucho en las zonas de piedras, un problema de los T1, aunque fuéramos lentos, pero fue muy bien y fue un gran aprendizaje para mí y para Maurizio. Nos entendimos muy bien y ojalá me acompañe en el futuro.
—Volviendo al orden de salida, la vimos también muy frustrada.
—Llegué a salir detrás incluso de 35 camiones… Pero no solo eso, también lo hicimos detrás de 'side by side' que no habían acabado la etapa anterior, eso para mí es desvirtuar la carrera. Puede ser bueno que el Dakar sea parte del Mundial, pero no es justo que cuente cada etapa porque promueves lo contrario de lo que se debería en el mundo de los raids, el hacer una carrera de fondo. No es justo que rompas el coche, estés dos días en el vivac, salgas a muerte y puedas ganar una etapa. Si has tenido un problema, que te dejen acabar sin puntuar y para hacer kilómetros. No me gusta eso.
—Esa es una de las cosas que tiene que rectificar la FIA, como también señalaba Esteve.
—Sí, y ahí hay que agradecer la presión que hizo ASO para cambiar lo de los horarios porque vieron que no podía ser, que no era justo. Había demasiada diferencia de quedar el 30º o 31º, no tiene sentido. Y lo de los reenganches, prioritarios y demás, no me gustó nada.
—Pero con todo eso, rozar el Top 20 para una primera vez no está nada mal.
—Viéndolo con perspectiva, nos quedamos con que aprendimos y sabemos que podemos ir mucho mejor. Quizá hubiese hecho la 18ª yendo al límite, pero con todo lo que nos pasó y la diferencia que hay de coches, porque ahora un T1 es un poco ya como un clásico, creo que lo hicimos muy bien. Hicimos alguna muy buena etapa que no se acabó de reflejar en el resultado, por ejemplo, un día luchábamos por el 15º, faltaban 40 kilómetros de dunas y 100 metros antes de entrar en la arena, pinchamos. Siempre nos pasaba algo, pero el 'y si' en el Dakar no vale.
—¿Cree que ha sorprendido a alguien con un debut así?
—No lo sé… (ríe). Yo estoy orgullosa, no sé la opinión de los demás, pero creo que la gente sabe que sacamos un buen provecho a las herramientas que teníamos. Me quedo con lo aprendido, era el objetivo y lo hemos cumplido.
—¿Ha hablado con Sainz sobre su Dakar?
—Durante el Dakar nos íbamos viendo porque estábamos cerca e íbamos comentando un poco 'la jugada', pero hemos hablado más de otras cosas que de la carrera. Me ha ayudado mucho y me ha dado buenos consejos.
—Acostumbrada a la paliza que supone un Dakar en moto, ¿este ha sido un 'paseo'?
—Bueno… Los tres últimos años fueros bastante duros para mí, especialmente el anterior. En el último de Perú llegué sin haber entrenado por la mononucleosis; en el primero de Arabia me di un golpe en la cabeza el segundo día y me quedé inconsciente, y luego me rompí un dedo y me hice daño en el esternón, acabé tocada; y el último año sufrí mucho, fue el Dakar más duro con diferencia. Iba con antibiótico cada noche (por la enfermedad de Lyme) y estaba zombi. Este año ha sido un cambio radical, lo he disfrutado mucho más.
—Además, el recorrido ha sido demasiado plano, mucho rato a fondo…
—Sí, demasiado. Ahora el Dakar es mucho menos duro físicamente que en Sudamérica, no hace calor y es más rápido. La Etapa 11 fue la más bonita con diferencia, ojalá fuesen todas así: más técnica, mucha arena, dunas muy chulas… La primera semana hubo alguna etapa con buena pinta, pero la segunda fue muy rápida y plana, de poco conducir y navegar. Por la extensión de terreno, hacen una carrera mucho más en línea que antes, supongo que por temas de logística conviene que las etapas sean muy rectas y rápidas. En eso sentido, disfrutaba mucho más en Sudamérica porque era más variado y técnico.
—Excepto el ambiente propio de las motos, ¿ha echado la moto de menos en algún momento?
—En las dunas. Había alguna parte que sí me hubiera gustado hacerla en moto, pero no te creas que mucho… Lo tenía muy asumido y era más la sensación de decir: 'Cuando acabe el Dakar tengo unas ganas de hacer trial y enduro…'. Si hubiese seguido en Sudamérica lo echaría más de menos, pero en el tipo de carrera de Arabia no. Echo de menos el grupo de gente de GasGas y KTM, porque el Dakar de Arabia no lo he disfrutado en moto.
—¿Seguirá con la moto en el trial y el enduro también este año?
—No lo sé, tengo que hablarlo con GasGas. Ahora mismo coinciden los calendarios con Extreme E y esa es mi prioridad, luego veremos si hay algún hueco en el calendario para hacer algo. Tengo claro que no voy a hacer lo del año pasado porque fue demasiado, llegué muy muerta a final de año. Quiero centrar mis energías en hacerlo bien en Extreme E y en hacer kilómetros en coche. Aunque no haga el Mundial de trial seguiré entrenando en moto porque me encanta.
—Vuelve a Arabia en breve para correr precisamente en Extreme E, ¿aumentan los objetivos?
—Yo creo que sí, llego más preparada y lo podemos hacer mucho mejor. Aunque no tuvimos suerte, al final de la pasada temporada ya se notó que el ritmo era bueno tanto en Cerdeña como en Inglaterra, fui de las mujeres rápidas. Quedé muy contenta, se notó la experiencia de correr en Hail (una Baja con el Mini) y espero que se note ahora la del Dakar. También tienes un poco más de tranquilidad al saber cómo funciona la carrera y espero ayudar más el equipo y apuntar a mejores resultados.
—Para el Dakar 2023, ¿cuál es el objetivo?
—Que el Mini engorde un poco (risas). Con este coche podría haber estado la 20ª, pero es difícil llegar a pensar en un resultado mejor con todas las diferencias que hay con los T1+ y los 'buggys'. Ojalá Mini haga un T1+. Con un buen proyecto para el año que viene, creo que puedo estar mucho más adelante, podemos tener ritmo para pensar en un Top 15.