Cambio radical en Honda
HRC vive toda una revolución dentro de su fábrica. Takeo Yokoyama, director técnico y creador de la nueva MotoGP, avisa de un "gran rediseño" para 2022.
Han sido dos años de completo naufragio para Honda y no se pueden permitir un 2022 en la misma línea. La congelación de motores en 2021 a causa de la pandemia jugó en su contra, pero con vía libre para poner solución a su crisis, HRC empieza de cero y da un giro de 180º a su prototipo. Ya lo avisó Álex Márquez: la nueva RC213V ilusiona. Es un "concepto totalmente diferente", una "moto muy nueva" y con mucho potencial. Un cambio de mentalidad que era necesario después de tantos años estancados y, sumado a la ausencia de Marc Márquez, entendieron que era hora de mirar hacia una nueva era en su historia.
Quieren dejar atrás una de las peores etapas de su historia. La lesión del ocho veces campeón les dejó una racha de 21 carreras sin ganar, la peor en 40 años de historia. Un año y medio sin subir a lo más alto del podio, desde el GP de Valencia en 2019 hasta el GP de Alemania en 2021 y, como no, con Marc Márquez como el gran salvador de la marca. Pero no fue lo peor: Honda acabaría en 2020 como la quinta mejor marca del Mundial. Es decir, la penúltima, solo por delante de Aprilia. Ahí se tocó fondo, con un resultado que nunca antes se había dado en la fábrica japonesa desde la nueva era de MotoGP.
Y el problema estaba claro: la moto era muy crítica, la tracción seguía siendo el gran punto débil sin solución y lo más sencillo era hacer borrón y cuenta nueva. Así lo confirmaba Takeo Yokoyama, actual director técnico de HRC y creador de la nueva máquina que la fábrica prepara para un año lleno de cambios. "Es un gran rediseño", apunta en una charla con Motor Sport Magazine. De nuevo, Honda tiene un objetivo muy claro sobre la mesa: "ganar el título". Eso sí, las todopoderosas Ducati no lo pondrán muy fácil sobre el asfalto y, menos aún, con hasta ocho Desmosedici en pista.
Punto de inflexión
El caso es que el regreso de Marc Márquez supuso toda una revolución en Honda. El ocho veces campeón del mundo cogió el timón del barco para redirigirles al camino correcto, ese que la marca perdió con su fractura en el brazo. Nueve meses después, el ilerdense cogió las riendas de una moto completamente desconocida, le puso tres veces en lo más alto y, en los test de Misano, demostraron que la línea volvía a ser la correcta. Reconfirmaron el paso adelante en las pruebas realizadas en Jerez, incluso con una nueva ausencia de Márquez por sus problemas de visión. No importó, porque todo iba viento en popa y el resto de pilotos habían dejado muy buenos comentarios de la nueva MotoGP. Los tiempos salían y solo quedaba seguir trabajando en Japón durante el invierno.
Desde que se plantó cara a 2022, Honda se olvidó de su gran punto débil: "Lo que queremos lograr es usar el neumático trasero de la manera más efectiva. La temporada pasada fue el segundo año con esas gomas (la nueva carcasa de Michelin) y comenzamos a entender de qué manera usarla". Todo comenzó a coger fuelle en Portimao, cuando Márquez volvió a la competición. Desde entonces, los pilotos se fueron adaptando al estilo de pilotaje que requería la moto y, por ende, los nuevos neumáticos que, hasta ese momento, no acababan de entender. "Al final de la temporada pasada, la forma en que nuestros pilotos pilotaban y utilizaban la moto, que viene del neumático, cambió, porque empezamos a entender más y más. Nuestra compresión mejoró", explicaba Yokoyama.
El resurgir
Después de la tormenta siempre viene la calma. Pasado el gran estallido de la pandemia, Honda ya pudo trabajar en todas esas áreas congeladas, sin esos límites marcados por el COVID y con un aprendizaje tan valioso que ya han plasmado en su nueva moto. Jerez dejó "muy buen sabor de boca", tal y como confesa Álex Márquez a este diario, pero el trabajo no se frena. Los test de Sepang se acercan con el objetivo de seguir trabajando en el motor y la aerodinámica de una máquina todavía por descubrir, con muchos aspectos que evolucionar y un sinfín de conceptos que entender. "Cuando estamos perdiendo, cuando los resultados son malos, es más fácil hacer un cambio radical, cuando se gana es más difícil", zanjaba Takeo. Al final, HRC encontró en esta gran revolución, la clave para su recuperación.