Márquez tuvo miedo
El ilerdense se sinceró sobre su proceso de rehabilitación y confesó sus temores en los momentos más duros: "Me asustaba no tener un brazo normal".
Una imagen vale más que mil palabras y la estampa que dejó la victoria de Marc Márquez en el GP de Alemania, es el ejemplo más claro de ello. Ni siquiera hicieron falta las palabras para entender todas las emociones por las que se había atravesado en el garaje del Repsol Honda durante la ausencia del octocampeón, y ese triunfo terminó siendo un desahogo que se celebró como la alegría de sus vidas. Un hecho que tan solo dos años antes hubiese sido como otro cualquiera, adquirió un sentimiento especial después de todo un proceso de rehabilitación que llegó a complicar más de lo deseado el futuro del ilerdense en el Mundial. Pero lo que demostró el equipo es que su piloto no sufrió solo, pese a que sí fue el gran protagonista de esa historia.
El camino que ha recorrido Márquez hasta el regreso a la competición ha sido largo, quizás demasiado para un piloto acostumbrado a ganar. El ilerdense tuvo que pasar por quirófano hasta en tres ocasiones que pusieron en el aire su futuro, pero regresó más fuerte que nunca de una experiencia que ha marcado su trayectoria como reconoció en The Guardian: "Mi motivación es mayor que antes porque es la primera vez que tengo un momento muy duro en mi carrera". Ni siquiera sus problemas de visión en la temporada 2011 (a raíz de una caída en el GP de Malasia) se viven con tanta amargura en los recuerdos del octocampeón, pese a que esa lesión también marcó su forma de entender el mundo de la competición.
"La carrera deportiva de un piloto no sabes nunca cuándo va a terminar, cuando tenía 19 años estuve a punto de dejar el motociclismo por una lesión en la vista", resaltó el ilerdense tras superar ese proceso, aunque las consecuencias fueron mucho menos relevantes tanto a nivel deportivo como personal. Entonces solo se perdió dos citas por toda una temporada ausente en 2020 debido a su fractura en un húmero derecho, que también puso trabas en su día a día: "Tenía miedo de no tener un brazo normal. Hubo un momento en octubre-noviembre en el que no era capaz de coger una botella de agua, me esforzaba por comer, no era capaz de mover el brazo de forma normal. Tuve miedo". Pero poco a poco todo está volviendo a su sitio.
Marc está convencido de que quiere volver a ser el de siempre y sus palabras le delatan: "Es muy duro aceptar que todos los demás son más rápidos que tú, pero tienes que darte cuenta de dónde estás y hacia dónde vas". Por la cabeza del ilerdense solo pasa volver a ganar y ahora es el momento de seguir trabajando para llegar al objetivo: "En los momentos difíciles tienes que mostrar tu potencial. En los momentos, buenos todo el mundo está contento, sonríe y es rápido; en los momentos difíciles, necesitas luchar". Podría ser mucho más fácil "parar y volver cuando estuviese preparado en uno o dos años", dice al respecto un Márquez, que demuestra una vez más ser fiel a sí mismo por encima de todo: "Ese no es mi estilo. Mi estilo es tratar de sufrir para mejorar, volver y disfrutar sobre la moto". "Ahora no estoy disfrutando, ahora estoy sufriendo", reconoce, pero todo llegará…