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MOTOGP

Ducati trabaja en equipo

La Desmosedici es la moto que más veces ha visitado el podio, con un 42,4% del total, y sus resultados podrían condicionar las aspiraciones de Quartararo.

Actualizado a
Bagnaia celebra una segunda posición junto a Ducati en 2021.
MotoGP

Cada vez quedan menos oportunidades. Tan solo siete carreras separan al Mundial de MotoGP de su final de temporada y aunque Quartararo está andando un camino que apenas tiene desperfectos, el mayor quiebro puede llegar desde el garaje de Ducati. La firma de Borgo Panigale, con seis monturas en la parrilla de la categoría reina, es la marca que más motos posee en toda la cilindrada y ahí están encontrando su mayor fortaleza en la pugna por una corona donde el rival a batir, parte con cierta desventaja en ese apartado. El hecho de que cuatro de las seis Desmosedici sean unas frecuentes en el podio, pueden darle a la marca italiana un gran impulso en la general y sobre todo, a la hora de repartir puntos y dejar sin un botín más abundante a El Diablo.

Hasta ahora se han repartido 33 posiciones de podio en las once carreras que ha disputado la categoría y un total de 14, han caído del lado de Ducati. Las cuentas salen a favor de los italianos, con un 42,4% de éxito entre el total de podios por los que se han peleado sobre el asfalto, incluso con las monturas del Avintia luchando por resultados más modestos. Las Desmosedici del Pramac y la estructura oficial han creado esperanzas dentro de la marca con los resultados, hasta el punto de situarse al frente de la general de constructores (donde solo se cuenta el mejor resultado del fabricante en carrera) con una suma de 212 puntos. De los cuatro pilotos que militan entre ambos garajes, Zarco y Bagnaia no han subido todavía al cajón más alto de un podio que sí ha saboreado el novato Martín, pero se han quedado a las puertas hasta en siete ocasiones para apoyar unos resultados que pueden mantenerles con vida en la batalla hasta el final.

El hecho de tener hasta cuatro pilotos luchando por las posiciones más ambiciosas, fortalece a Ducati y a su vez puede condicionar la forma en la que Quartararo quiera administrar su ventaja en la general. Enfrentarse a cuatro rivales directos puede suponer una pérdida importante de puntos para un piloto que ha conseguido siete de los diez podios de Yamaha esta temporada. O lo que es lo mismo: el 70% del éxito de la firma japonesa en lo que va de 2021. El monopolio del francés ya es casi completo en los números de la casa de los diapasones, puesto a que en la general de constructores que lidera Ducati, El Diablo ha conseguido casi en solitario los 209 puntos de su fábrica y para postre, sus apoyos se han ido desvaneciendo a lo largo del curso entre lesiones, conflictos y realidad.

Crisis en Yamaha

La victoria de Maverick en la carrera inaugural es anecdótica, teniendo en cuenta todo el esperpento que se ha generado entre el piloto de Roses y Yamaha. A la primera posición de Losail hay que añadirle al contador de Viñales la segunda plaza en Assen para dejar de contar tras haberse despedido del equipo para siempre. Mucho más breve salen las cuentas de un Morbidelli que fue tercero en Jerez y causó baja a partir de la cita en La Catedral, debido a una lesión en su rodilla izquierda que le ha obligado a pasar por quirófano y le ha tenido apartado durante tres grandes premios, pese a las cuatro semanas que hubieron entre medias de su operación y la vuelta al trabajo tras el parón veraniego.

El que nunca se fue pero tampoco aparece, es un Valentino Rossi para el que el placer está siendo su mayor estímulo, en una temporada donde el éxito mira hacia otro lado. La realidad es mucho más cruda dentro del seno de Yamaha que lo que muestra Quartararo, y mientras que desde Japón trabajan para seguir encaminando el título, desde Borgo Panigale aprovechan la fuerza de una alianza que a su vez, lucha por intereses propios. La estructura oficial y la satélite de Ducati comparten ambiciones con 200 puntos en juego y será el más regular quien logre salir airoso. Bagnaia, segundo en la general, es el representante mejor posicionado para los de Bolonia, pero tampoco hay que perder de vista a la dupla del Pramac. Zarco tiene aspiraciones reales y Martín, aunque no es un candidato serio a la corona, puede ser uno de los jueces que decante la balanza del Mundial.