Mercedes habla en la pista
Bottas y Hamilton lideran unos entrenamientos de alta tensión en Hungaroring. Verstappen fue tercero y Ferrari no mejora el tiempo de la mañana.
Después de la marrullería, con acusaciones cruzadas que se alargaron desde el choque de Silverstone hasta la misma mañana de este viernes, Mercedes y Red Bull volvieron a poner sus coches en la pista con cierta ventaja para la fábrica de Brackley en los entrenamientos libres del GP de Hungría. Mandó Bottas, por delante de Hamilton (apenas 27 milésimas) y se quedó Verstappen a tres décimas del finlandés. Valtteri empieza el fin de semana inspirado, como no se le solía ver últimamente. Se juega su futuro en el Mundial, aunque será difícil que aspire a la victoria mientras Sir Lewis luche por el Mundial. El inglés puede lograr aquí su 100º triunfo en la Fórmula 1 en uno de sus circuitos fetiches, ganó ocho veces antes. Pérez fue quinto.
Los técnicos de Red Bull han recurrido a una configuración aerodinámica diferente, más agresiva, que en apariencia genera menos carga aerodinámica. Verstappen, líder del campeonato con ocho puntos sobre Hamilton, reportó a sus ingenieros “problemas de sobreviraje” sobre un asfalto ardiente, que superó los 60ºC de temperatura y que devorará neumáticos de mantenerse estas condiciones el domingo, para la carrera. Hay amenaza de tormenta para el sábado, con un 60% de probabilidad de lluvia durante la clasificación que se mantiene al día siguiente. Eso alteraría las estrategias, aunque da la impresión de que poco importarán los cálculos cuando Verstappen y Hamilton se crucen en la primera frenada fuerte. Sin ir más lejos, ya saltaron chispas cuando se cruzaron al salir del garaje.
Alonso fue sexto en el entrenamiento matinal y séptimo por la tarde con el Alpine, y Ocon confirmó las buenas sensaciones del equipo de Enstone plantando cuarto a su A521 en la práctica más relevante, la segundo. Al francés le cambiaron el chasis en Silverstone y desde entonces ha recuperado el tono de las primeras carreras de 2021. Aunque no es infrecuente que Alpine brille los viernes y ceda el sábado, cuando aprietan los Ferrari, McLaren y demás monoplazas sensiblemente más rápidos.
El caso de Ferrari fue inquietante: no mejoraron los cronos del primer entreno. Carlos Sainz fue cuarto en el Libre 1 y duodécimo en el segundo, pero su mejor vuelta del día le sitúa sexto en la clasificatoria global. Aquí no se aprecian diferencias entre los dos pilotos de Maranello. Difícil extraer conclusiones sobre el ritmo de carrera, porque los entrenamientos de sólo una hora (hasta 2020 eran de hora y media) limitan las tandas largas. Hay muchas esperanzas puestas en el SF21 para Hungaroring porque la tipología del circuito, con curvas de baja y media velocidad y pocas rectas, favorece las características del monoplaza italiano y maquilla las carencias de su motor.
Por lo demás, Kubica se subió al Alfa Romeo de Raikkonen para una sesión y dio una alegría a los cientos de aficionados polacos que se desplazaron a la pista de Mogyoród. La cruz de la jornada se la llevó Tsunoda, que se estrelló por la mañana con el Alpha Tauri y provocó una bandera roja y apenas pudo completar una vuelta por la tarde, ya que sus mecánicos tenían que reparar la suspensión trasera y el difusor de su montura.