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MOTOGP | SCHWANTZ

"Valentino no parece Rossi"

El italiano ha firmado su primera mitad de año menos competitiva desde que aterrizó en el Mundial. "Es doloroso verle tan retrasado", dice Schwantz.

Valentino Rossi con la M1 del Yamaha Petronas.
MotoGP

Uno debe irse cuando todavía pueden echarle de menos y puede que Valentino Rossi, llegue ya tarde para despedirse. Poco a poco la figura de El Doctor está siendo eclipsada por el carisma de las jóvenes promesas que aspiran a convertirse en historia como hizo el nueve veces campeón en su momento, pero eso no le exenta de su parte de responsabilidad. No porque no esté compitiendo con todo lo que tiene, sino porque en la actualidad, ni siquiera su mejor versión está a la altura de un piloto que ha sido la gran estrella del Mundial. Y con eso no basta para poder sobrevivir eternamente en un campeonato, donde logró su última victoria hace cinco temporadas (Assen 2017). Las cifras dicen que el italiano, tras más de media vida en el certamen, ha completado su primera mitad de temporada menos competitiva, y hay campeones que ni siquiera le reconocen sobre el asfalto.

"Valentino no parece Rossi", aseguraba un Schwantz que tras ser testigo de las actuaciones de el piloto de Petronas en las primeras nueve carreras de la temporada, califica de "doloroso verle tan retrasado". La cruda realidad es que un piloto que ha peleado por todo, tiene como mejor resultado en su casillero una décima posición en Mugello. Decimonoveno en la general, con tan solo 17 puntos en el marcador, el italiano está muy lejos de lo que se esperaba de un campeón, pese a que cuando se anunció su fichaje por el equipo satélite se cubrieron las espaldas asegurando que llegaba para continuar ayudando en el desarrollo de una M1 con la que vivió sus momentos más gloriosos en el Mundial. Pero ni siquiera ahora es capaz de entender una montura que se llegó a convertir en una extensión de su cuerpo.

Pese a que sigue buscando la forma de poner punto y final a una mala racha que ni siquiera se acerca a los resultados que firmó en su año de debut en 500cc allá por el 2000, donde se marchaba de vacaciones con tres podios y cerraba el año como subcampeón de la categoría, a Valentino se le sigue acumulando el trabajo con el rendimiento del neumático trasero. Dentro del seno de Yamaha, solo Quartararo está siendo capaz de hacer funcionar ese compuesto, y el mero hecho de que un piloto que está completando su tercer curso al máximo nivel tenga esa capacidad, solo le añade más presión a un piloto que cuenta exactamente con las mismas prestaciones en su montura.

La cuestión ya no trata de talento, porque el de Rossi es indiscutible, sino de una evolución que parece haber llegado a su fin con el italiano al manillar de la máquina. Solo en 1996, cuando debutó en el Mundial, El Doctor no firmó como mínimo algún top-5 en la primera mitad. Pero además de los resultados, los reflejos también empiezan a fallar ya que se ha ido al suelo entres de las nueve carreras disputadas, y tan solo ha puntuado en cuatro pruebas contando la de Mugello. Qatar, Le Mans y Sachsenring han sido los otros tres escenarios donde Valentino ha podido salir airoso, dentro de sus posibilidades, en una lucha personal donde ya ni siquiera es capaz de cumplir con la máxima que le mantenía en activo: sentirse competitivo. Esa era la única condición que le mantenía sobre el asfalto pero ahora, a sus 42 años y tras muchas alegrías, parece que ha llegado el momento de ser en eterno. Porque los héroes vienen y van, pero las leyendas viven para siempre.