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TRIAL

¿Qué fue de Jordi Tarrés? El pionero del trial en España

El catalán, siete veces campeón del mundo entre 1987 y 1995, repasa con AS una vida dedicada al trial: "Es algo vocacional, lo haces con pasión".

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Jordi Tarrés en su época de piloto.

Sin él quizá no tendríamos a otros grandes campeones como Toni Bou, Adam Raga o Laia Sanz. Es lo que tienen los pioneros, que inspiran con sus gestas a los que les siguen, sobre todo a los pequeños de su época, para intentar ser como ellos. Y el caso de Jordi Tarrés (Barcelona, 1966) fue clave para el desarrollo del trial en España, y especialmente en Cataluña, donde esta modalidad tiene su gran cantera. Fue el primer campeón del mundo español de la disciplina en 'outdoor', la especialidad al aire libre, un éxito que conquistó nada menos que siete veces.

De hecho, fue el mayor campeón del trial hasta la aparición primero de Dougie Lampkin (12 títulos mundiales) y de Bou (va por 28) después. Tarrés irrumpió en el Mundial en 1985 con Beta, al año siguiente logró su primera victoria y en 1987 ya era campeón del mundo, iniciando una época de dominio demoledor. Ganó todos los títulos hasta 1995 a excepción de en 1988 (le venció el francés Thierry Michaud) y 1992 (del finlandés Tommi Ahvala). En 1993 cambió de equipo para llegar a GASGAS, marca con la que compitió cinco años más.

Porque en 1997, como heptacampeón del mundo con 61 victorias en grandes premios y nueve veces campeón de España, el catalán se retiró de la competición. Y desde entonces, siempre ha estado vinculado al trial, su mundo. "Cuando me retiré, seguí en GASGAS como mánager y colaborador en la puesta a punto de la moto, y también montamos un equipo, el School of Champions, en el que había pilotos jóvenes muy buenos que siguen compitiendo a día de hoy: Raga, Cabestany, Freixa, Fajardo…", cuenta el propio Tarrés.

Y es que el expiloto tira de memoria para recordar en AS los pasos que ha ido dando desde entonces. Primero, pasó de piloto a mentor en GASGAS y en el Spea Trial Team, equipo que montó en 2007 y en el que corrió su sobrino Pol. Rememora aquello como una "época muy bonita": "Aunque me costó adaptarme… El trial es un deporte individual, durante muchos años lo haces todo con mucho egoísmo y luego, de un día para otro, tienes que explicar las cosas a otros sin tapujos. Aprendí mucho y sentía el respeto y admiración que me tenían".

De pilotar motos, a diseñarlas

Jordi Tarrés.
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Jordi Tarrés.TRS Motorcycles

Cuando aquello se acabó, Tarrés dio rienda a otra de sus pasiones dentro del trial, la de hacer su propia moto. "Desde mi retirada siempre tuve la ilusión de fabricar una moto de trial y empecé a diseñar una en casa en plan casero", cuenta. Y lo hizo bien, porque llamó la atención de Jotagas, un fabricante catalán, en 2010, mismo año que fue nombrado Leyenda de la FIM. "Estuve ahí un par de años y fue una experiencia de la que aprendí mucho, aunque no resultó bien. Lo dejé y volví a diseñar otra moto y creamos lo que es ahora TRS", prosigue.

TRS Motorcycles es desde 2013 su principal ocupación, la marca con la que ha conseguido ser "un referente dentro del sector" de la moto de trial, que vende a clientes que "corren en campeonatos regionales o en el Nacional" y con la que compite en el Mundial desde 2016 junto a Raga y otros pilotos de categorías inferiores. Le va tan bien que fueron campeones del mundo el año pasado: "Cada vez tenemos más pilotos, y buenos, en todas las categorías y eso nos permite ser un referente mundial como marca. Es un orgullo".

Una "relación especial" con su pupilo Raga

Tarrés junto a Adam Raga en Sokolov 2017.
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Tarrés junto a Adam Raga en Sokolov 2017.

Son muchos los pilotos que han pasado por las manos de Tarrés, pero ninguno como Raga, al que hizo campeón del mundo seis veces en GASGAS (dos al aire libre) y con el que tiene "una relación especial": "Ha sido realmente una historia bonita con Adam. Estuvimos unos años separados y ahora se han vuelto a juntar las cosas. Primero fue alumno y ahora es el piloto que defiende nuestros colores. Es casi como un hijo para mí, porque empecé con él a los 16 años, estuvo hasta los 28, y luego de los 34 en adelante".

Una vida dedicada al trial, aunque hizo sus "pinitos en coches", con el objetivo de "aportar toda tu experiencia en la ingeniería y producción de motos y en ayudar a los jóvenes". "Es algo vocacional, lo haces con pasión", dice con la ilusión del primer día, la misma que tiene cuando aún le reconocen por la calle: "En su momento el trial tuvo más repercusión que ahora y la gente de mi edad se acuerda, voy a sitios y me siguen reconociendo. Ya los chavales más jóvenes, no (ríe)". Ellos siempre pueden acudir a la historia para ver lo que hizo Tarrés. Un pionero.