Los deberes de Carlos Sainz
El madrileño "sufre con el neumático frío" en salidas y resalidas y ve "una debilidad que se debe corregir". "Tuve ritmo, pero necesito mejorar", asegura.
Carlos Sainz se marchó enfadado de Mónaco, porque el segundo puesto pudo ser un primero, y se marcha enfadado de Bakú, porque cometió un par de errores de pilotaje en carrera que lastraron sus posibilidades en el GP de Azerbaiyán. A su favor, que siempre suma: marcha séptimo en el Mundial y salvó con un octavo puesto un fin de semana que se había torcido, mucho. Pero el madrileño es consciente de que en sus primeros pasos con el Ferrari ha perdido la mordiente en las salidas y resalidas que tanto le caracterizaba cuando pilotaba el McLaren.
Es cuestión de tiempo, kilómetros de adaptación, hasta que encuentre ese ‘feeling’ con los neumáticos fríos y el tacto de la frenada. Pero Sainz no lo esconde y se pone deberes para el próximo triplete de carreras en Paul Ricard y Spielberg: "Estoy enfadado conmigo mismo por el hecho de que, una vez más, no hice un buen fin de semana completo y sufrí mucho cuando se enfrió el neumático, en la salida, en la resalida, después del pit-stop...". "Me costó varias posiciones. El ritmo no es un problema, estuvo bien todo el fin de semana y no teníamos el nivel de Red Bull o Mercedes. El ritmo es bueno, pero necesito mejorar con las sensaciones con rueda dura” sostiene el piloto de Maranello.
Le faltó tacto con la goma dura de Pirelli, que no se había trabajado mucho en el garaje durante los entrenamientos libres: "Cuando salgo del pit lane me sorprendió desde el principio la falta de agarre, en el primer libre no había sido un problema porque quizás la pista estaba más caliente. Luego malinterpreté el agarre que tenía y perdí algo de concentración. Frené muy tarde y muy fuerte, bloqueé las dos ruedas delanteras y preferí tomar la escapatoria antes que chocar".
"Perdí unos 20 segundos más el plano en ambos neumáticos, estaba muy enfadado conmigo mismo. Luego me recuperé a partir de ahí, tenía el ritmo que esperaba y era bueno. Pero también boqueo los neumáticos en la segunda curva en ambas salidas y es una debilidad que debo corregir, que quizás sea parte de mi adaptación a Ferrari. Necesito encontrar la manera de estar más cómodo para mejorar", asegura Sainz. Manos a la obra.