Alpine y Alonso llegan a tiempo
El A521 dio un salto de prestaciones en Portugal y el asturiano ya está al nivel del coche. Barcelona, fue un circuito poco amable con el antiguo Renault.
Quienes “aplaudieron a Alonso en Bahréin y luego en Ímola cuestionaron su regreso”, en palabras de Marcin Budkowski, se encontraron en Portugal con una buena remontada del asturiano, del 13º al 8º y adelantando a Gasly, Ricciardo y Sainz en la pista. Después de dos carreras grises de Alpine, en general, y Fernando, en particular, el fin de semana en Portimao ayuda a espantar los últimos fantasmas y confirmar que el A521 tiene madera de coche sólido y el piloto no admite sospechas.
Según informan fuentes del garaje, la experiencia y varios cambios en los reglajes del monoplaza surtieron efecto. El paquete de mejoras estrenado en Ímola permitió el salto de prestaciones que debe asentar a los dos Alpine en la Q3, al menos ese es el objetivo. Que Alonso se la perdiera sigue siendo “un misterio”, aunque Budkowski apunta al viento que se levantó antes de la clasificación: “No habíamos cambiado nada y eso señala al cambio de las condiciones de la pista”. También parece evidente que volcaron su ‘set-up’ hacia la carrera, con buenas consecuencias, para corregir con menos carga aerodinámica la potencia inferior del motor francés.
Madera de coche sólido
El asturiano de 39 años, por su parte, se ha volcado con extensas jornadas de simulador entre las carreras y un trabajo intensivo junto a su equipo de ingenieros para acelerar los procesos de adaptación. Dejó Italia consciente de que las últimas dos décimas no las había puesto él y en dos semanas ha cambiado la tendencia. “Revisamos la carrera de Ímola y los hasta entrenamientos, el trabajo antes de Portugal ha sido muy duro y es una sorpresa ver la reacción del equipo a los dos primeros grandes premios”, admite Alonso.
Ha acabado las dos últimas carreras justo por detrás de su compañero, Ocon, a poco más de un segundo de diferencia. Con trabajo por delante, sin encontrarse “al cien por cien”, está al nivel del monoplaza y eso no lo pueden decir pilotos de prestigio como Ricciardo, recién llegado a McLaren. El bicampeón se pone “más deberes que el resto”, porque Montmeló no permite tantos adelantamientos como Portimao y necesitará una mejor posición en parrilla para optar a puntos. Con todo, los jefes del garaje manifiestan su confianza total en Fernando.
Pendientes de Montmeló
Al respecto, el de Barcelona fue uno de los peores fines de semana de Renault en 2020. “Pero no tiene que ver, el año pasado hicimos un gran fin de semana en Ímola (con podio) y no lo fue este año. Fue difícil en Portimao y esta vez se nos dio mucho mejor… Soy positivo con el trabajo que hemos hecho este año. La confianza del equipo es alta. No entraremos en pánico porque se diera mal Barcelona”, interrumpe el piloto francés a AS. Y para Budkowski, “Barcelona es un buen test, una buena referencia, y veremos cuánto ha mejorado el coche en estas circunstancias”.