"Pensaba que se había muerto"
Manolo y Mónica, padre piloto e hija copiloto, vivieron un momento terrible al atropellar al francés Susset, que tiene varias contusiones. "Fue inevitable", dicen a AS.
Manolo y Mónica Plaza son un padre y una hija que son felices disfrutando juntos de competir en un Dakar. Es el segundo que corren y les ha tocado vivir una experiencia que no se puede desear a nadie... En el Km 419 de la séptima etapa tuvieron la mala fortuna de atropellar a una moto, la 94 del francés Olivier Susset, y pasaron unos de los peores momentos de su vida. Lo primero que hay que decir es que el piloto tiene varios traumatismos, entre ellos en un tobillo y un codo, y está pendiente del resultado resonancia magnética, pero parece que está fuera de peligro.
AS habla con ellos en la carpa de Sodicars, su equipo, para que nos cuenten de primera mano cómo lo vivieron. Mónica nos pone en situación: "Estábamos por la pista principal, había cuatro motos que íbamos a adelantar, una iba por el lado izquierdo y ahí había un coche parado. Entonces, el coche empezó a acelerar, la moto trató de esquivarle y se metió en nuestra trazada. Íbamos a 86 km/h y fue un impacto enorme". "Pasamos por encima de la moto y también le atropellamos a él. Se quedó entre la rueda delantera y la trasera y la moto se incendió", añade Manolo.
"Cuando le atropellé pensaba que se había quedado debajo del coche y hasta que no abrí la puerta y le vi fuera... No dio a tiempo a frenar ni a nada", dice el padre, y su hija le toma el relevo: "Fueron momentos muy, muy difíciles, temíamos por su vida. Pensaba que se había muerto. Le empecé a hablar, a decirle su nombre, que todo iba bien, que estuviese tranquilo... y la suerte es que se ve que está bien, fuera de peligro, pero hasta que no te dicen cómo está o qué le pasa... Fue algo inevitable, nos tocó a nosotros como les podía haber tocado a otros".
"Los primeros 10-15 minutos estuvo inconsciente. Hasta que no empezó a mover las piernas y le cogió de la mano a Mónica...", sigue Manolo, que reconoce que esa noche no pudo "pegar ni ojo": "Con los años que llevo corriendo (este su 14º Dakar) nunca me había pasado nada así. Los motoristas que van atrás muchas veces van al límite de sus fuerzas y no pueden controlar la moto, siempre intentas esquivarlos, pero en este caso...". "Estuvieron haciendo fotos de las trazadas, con las que se veían perfectamente todas las trayectorias", agrega Mónica.
Su Dakar hasta el momento
"Fueron casi 50 minutos" interminables hasta que evacuaron a Susset y pudieron seguir algo más tranquilos con su Dakar sabiendo que se iba en mejores condiciones de las que pensaban. Su carrera hasta ese punto tampoco había sido fácil: "La primera semana fue muy complicada, tuvimos problemas de temperatura. En la segunda etapa rompimos un palier y perdimos cuatro horas, casi nos quedamos fuera de carrera. Y en la quinta tuvimos que sacar una llanta a patadas. A partir de entonces fuimos bien. Con el coche y con el equipo estamos muy contentos".
Van 35º en la general, donde el ritmo al que se va también "es una locura". "Fíjate el que tienen que llevar delante...", comenta Manolo, al que le "sorprende que se haya complicado tanto la navegación". "Me gusta, lo que pasa es que a veces hay que levantar, no se puede pretender llevar la velocidad de un rally en un raid de navegación", dice la copiloto, que reconoce que en la etapa del lunes "a veces veía un árbol y pensaba que era una moto...": "Pero no podemos torturarnos mucho. Sabiendo que él está bien, hay que seguir con nuestro ritmo". "El objetivo es acabar y seguir disfrutando", concluye Manolo. Por fortuna, podrán intentar hacerlo tranquilos.