Lucha de titanes
Intensa pelea por la victoria de la maratón entre Sainz, Al Attiyah y Peterhansel que ganó el qatarí, pero el francés sigue líder. El español, a 38 minutos.
Para ponernos en situación es como si juntásemos a Nadal, Djokovic y Federer en un triangular, o invitar a un pique a LeBron, Curry y Durant. Sería una lucha de titanes. Lo mejor de lo mejor, tres contra tres, y con un Dakar en juego. Eso es lo que se vio en la octava etapa, la que concluía la maratón, entre las grandes figuras del rally raid, el trío al que todos aspiran a llegar, pero ninguno puede: Sainz, Al Attiyah y Peterhansel. Lástima que el español siga lejos de la pelea por ganar en el desierto, pero con jornadas así merece la pena seguir peleando.
Y es que en los 375 kilómetros que unían Sakaka y Neom, con un paisaje que iba cambiando de las dunas a los espectaculares caminos entre cañones y montañas, los tres protagonizaron una intensa batalla por el triunfo con diferencias que estuvieron en torno al minuto durante casi 300 km. Ahí fue cuando uno de ellos, Peterhansel, perdía comba y se le escapaba la opción de ganar. La lucha a tres quedó en un duelo entre Sainz y Al Attiyah, los que más han ganado en 2021, y al final se lo llevó el qatarí por tan únicamente 52 segundos.
Aunque Carlos no dejó de estar ahí hasta el final, nunca pudo quitarle la primera posición a Nasser (algo que sí logró Stéphane con el otro Mini) y el de Toyota se llevó su cuarta victoria de la presente edición. Por supuesto, más que nadie, pero todavía no le vale para quitarle el liderato al francés del X-Raid, aunque le recortó tres minutos y se queda a menos de cinco en la general, algo que son buenas noticias para Peterhansel. Sí, han leído bien, son buenas porque pudo terminar la anterior especial pese a una avería importante en una de las suspensiones.
Aparecieron en Sakaka con un brazo de la suspensión trasera derecha completamente partido pero, pese a que su copiloto y él hicieron un primer arreglo, cuando llegó el camión de asistencia de Mini le pudieron poner uno nuevo. Superar problemas así es lo que hace ganar un Dakar. Sainz pudo también acercarse un poco a su compañero y baja de la barrera de los 40 minutos: se queda a 38:55, pero sigue sin llegar ese fallo de sus dos iguales que le metiera de nuevo en la pelea. Pero, mientras espera a ver si se produce, se limita a disfrutar de etapas como esta.
Ninguno de los tres protagonistas abrió etapa, eso lo hizo Al Rajhi, y lo pagó caro con un problema mecánico que le hizo ceder más de una hora. A quien parece que le ha mirado un tuerto, se le ha cruzado un gato negro o algo así es a Loeb, que en 80 km sufrió una avería y se quedó sin ruedas de repuesto. Cuando vienen mal dadas... Despres completó una gran maratón y se dejó ver de nuevo por la parte alta con su Peugeot impulsado por hidrógeno a 12 minutos de Al Attiyah. Cerca de media hora perdió Roma, lejos de esa lucha de titanes en el desierto.