Hay ritmo, pero no fallos
Sainz apenas cede un minuto al abrir pista, aunque sigue a la misma distancia de la cabeza. Victoria de Al Rajhi y más ventaja de Peterhansel.
Aunque es una misión difícil de cualquier manera, abrir pista no es igual para una moto que para un coche. Para empezar, porque los pilotos de dos ruedas no tienen huellas delante y, para continuar, porque van solos, sin un copiloto al lado. De ahí que solo en coches hayan logrado, Al Attiyah en concreto, vencer una etapa saliendo primero. Sainz salía desde ahí a la séptima etapa que abre la maratón por su anterior triunfo y, aunque no logró encadenar dos consecutivos, tuvo una actuación sobresaliente con el Mini y Lucas Cruz.
Con algunas zonas de grava, pero la especial de 453 kilómetros entre Hail y Sakaka volvía a ser predominantemente de arena, donde la pareja española es especialista y lo volvieron a dejar claro porque estuvieron muy cerca de competir por la victoria. De hecho, ellos fueron los más rápidos en el primer waypoint y estaban a cinco segundos en el siguiente. Después, empezaron a dejarse unos minutos, pero sin llegar nunca a los siete, y al final completaron la jornada a 1:15 del vencedor, que fue un Toyota, pero no el principal, sino el de Al Rajhi.
Porque Sainz superó al de Al Attiyah pese a que el qatarí tenía una mejor posición de salida con la referencia del español y de Peterhansel por delante. Así que el plan de Nasser de atacar e ir a por el liderato tendrá que esperar un poco más porque el francés se defiende como gato panza arriba. Sin haber logrado aún ningún triunfo parcial, Monsiuer Dakar demuestra una constancia impoluta, ya que no es que no cometa errores graves de navegación, sino que su ritmo siempre es de lo mejor que se va cada día.
El domingo volvió a ser así, pese a que llegó con una suspensión del Mini bastante tocada, y acabó a 48 segundos de Al Rajhi, mientras que Al Attiyah lo hizo por detrás de Sainz a casi tres minutos y vuelve a alejarse un poco de la primera plaza: le queda a ocho minutos. Mientras, el madrileño continúa viendo el duelo a 40 minutos de distancia. Mantiene el ritmo, y en situaciones difíciles de solventar como esta de abrir pista en una etapa sin asistencia, pero sabe que solo con eso no será suficiente para volver a hacer crecer sus opciones de victoria. Depende de fallos y aún no llegan.
Después de llegar a la jornada de descanso con dos buenas etapas, en la séptima Nani Roma volvió a sufrir con el BRX porque se quedó a más de 20 minutos, pero conserva su quinta posición la general y no tuvo que padecer ni de lejos al calvario que le volvió a tocar a Loeb, al que una vez que se le torcieron las cosas no ha sido capaz de enderezarlas: sumó casi dos horas más perdidas al romper un buje a 30 km. de meta. El cuarto en liza en el Top 5 es Przygonski, que pone tablas en el marcado entre Mini y Toyota, la lucha de siempre y que aún no está resuelta.