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AUTOMOVILISMO

"Veía prismáticos colgados de cuellos sin cabeza"

Hoy se cumplen 65 años del 'desastre de Le Mans', el peor accidente de la historia con 83 muertos que no se detuvo pese a que se "pisaba sobre cadáveres".

Tragedia de las 24 Horas de Le Mans de 1955.
AFP

11 de junio de 1955. 24 horas de Le Mans en el circuito de La Sarthe. Más de 250.000 espectadores para disfrutar de la batalla entre Mercedes y Jaguar comandados, respectivamente, por Fangio y Hawthorn. ¿Qué podía salir mal? El resultado oficial fue de 83 muertos y más de 120 heridos, pero informaciones de medios locales de la época suben los decesos a más de 100 y los lacerados rondando los 200. El resumen de lo ocurrido en la pista para provocar el peor accidente de la historia del automovilismo es simple.

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En la vuelta 35, tras dos horas y media de carrera, Mike Hawthorn lideraba la carrera cuando vio tarde la indicación de su equipo para entrar en boxes. Frenó bruscamente nada más doblar a Lance Macklin y éste, al volante de un Austin Healey, hizo una brusca maniobra para esquivar el Jaguar del británico que en 1958 se proclamó campeón del mundo de F1 con Ferrari. Por detrás venían los Mercedes de Fangio y Levegh. El francés, que también iba con vuelta perdida, levantó el brazo para avisar a Fangio antes de impactar brutalmente contra el coche de Macklin saliendo el suyo despedido sobre una tribuna de espectadores explotando al impactar contra el suelo. La avanzada composición de la carrocería con elementos de una aleación de magnesio llamada Elektron aumentaron el desastre ya que avivaba las llamas al contacto con el agua de las mangueras de los bomberos.

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AFP

"Pisaba sobre cadáveres, estaban por todas partes. Tardé tres horas en que me saliera un hilo de voz", recordaba el expiloto Jacques Grelley, presente ese día en el graderío donde cayó el coche de Levegh, en realidad llamado Pierre Boullion, curiosamente el mismo seudónimo que usó su tío Alfred Velghe para ganar la prueba más importante de motor de los JJ OO de París de 1900, unica edición en la que participaron los deportes de motor. “Veía prismáticos colgados de cuellos sin cabeza”, rememoraba otro testigo directo de la tragedia.

Restos del coche de Levegh.
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Restos del coche de Levegh.AFP

Los hechos y los testimonios son estremecedores. Levegh falleción con 49 años y de forma oficial 82 espectadores con él. Hawthorn fue señalado por mucha gente como el culpable, pero la investigación lo eximió de cualquier castigo al concluir que confluyeron una serie de factores añadidos para desatar la tragedia final... además de que su victoria final contabiliza en la historia ya que la organización decidió proseguir la prueba para "evitar que cundiera el pánico lo que habría dificultado las labores de rescate de los heridos y el trasiego de las ambulancias". Las consecuencias también fueron importantes: Mercedes dijo adiós a las carreras de coches y Francia prohibió las carreras de coches, decisión que también tomaron Alemania, España y Suiza.

Placa 'in memoriam' de lo ocurrido.
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Placa 'in memoriam' de lo ocurrido.Ker Robertson

En el país galo todo cambió ya al año siguiente. La investigación oficial encontró graves deficiencias en el diseño de la pista a lo largo de la recta principal. Automobile Club de L'Ouest (ACO), organizador de las 24 Horas, pudo convencer al gobierno francés para que les dejaran remodelar todos los defectos, priorizar la seguridad y resaltar la importancia de que en Francia hubiera carreras automovilísticas. Se gastaron 300 millones de francos y llegaron a mover 70.000 metros cúbicos de tierra. Estos arduos trabajos hicieron retrasar la carrera siete semanas de la fecha habitual de junio para celebrarla a finales de julio. Eso sí, ya con medidas obligatorias como cinturones de seguridad, monos ignífugos... y la idea de que los cascos debían cubrir toda la cabeza. Y sobre todo, cambios fundamentales para preservar la seguridad de los espectadores.

Hawthorn celebra su éxito pese a la tragedia.
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Hawthorn celebra su éxito pese a la tragedia.

Por supuesto, y para terminar el recordatorio, también hay una leyenda negra añadida a este tremendo suceso. Mike Hawthorn, el ganador e iniciador de la hecatombe con su acción imprudente, tenía un odio exacerbado contra todo lo alemán y derrotar a Fangio y su Mercedes era algo más que un simple deseo. En ese momento, la estrella británica ya estaba bastante enfermo. En 1954 le había extirpado un riñón y su previsión médica no le llevaba más alla de cumplir los 30 años... una más de los que tenía cuando se mató en un accidente de tráfico al sur de Londres tras estrellarse contra un camión primero y luego contra un árbol al volante de un Jaguar 3.4 Mk 1... tras picarse con un amigo que conducía un Mercedes. Cuentan que Hawthorn entregó sus últimos años de vida a la velocidad, la bebida y las mujeres. Y la fama de "piloto peligroso" ya era su seña de identidad antes del suceso de Le Mans. En 1958 ganó la F1 y se retiró... para moriría meses después pero no en una cama de hospital.