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FÓRMULA 1

¿Quién gana y quién pierde con el cambio de reglas en la F1?

La FIA limita el gasto con el nuevo reglamento, que beneficia a los equipos medianos. El fin máximo es evitar una fuga de fabricantes. El problema: implicará despidos.

Salida del GP de Brasil de F1 2019.
RICARDO MORAES

No cogió por sorpresa, porque durante los últimos meses se han filtrado todos los detalles, pero la FIA completó y aprobó a última hora el pasado miércoles un ambicioso paquete de normas deportivas, técnicas y financieras para regular las próximas dos temporadas de la Fórmula 1 y sentar las bases antes del ambicioso cambio reglamentario de 2022, cuando los monoplazas se simplificarán para buscar equilibrios y competitividad en la pista. ¿En qué afectan? ¿A quién benefician? Un pequeño desglose sobre todo lo acordado oficialmente.

Finanzas: una Fórmula 1 sostenible

El techo de gasto que se implementará en 2021 se fija en 145 millones de dólares (unos 132 millones de euros). Pero se reducirá a 140 millones en 2022 y a 135 a partir de 2023. Son cifras para una temporada con 21 carreras, por cada prueba adicional se sumará un millón. Quedan fuera del tope los sueldos de los pilotos, los tres salarios más altos del ‘staff’ y el departamento de márketing.

Cómo afectará a los monoplazas

Se congela una larga lista de componentes entre 2020 y 2021 que incluye el chasis, la caja de cambios o estructuras de impacto, entre otros. No obstante, hay un sistema de ‘tokens’ para permitir modificaciones muy concretas en la aerodinámica. En cuanto al motor, se limitan las evoluciones: cualquier cambio de especificación sólo puede mejorar la fiabilidad, no el rendimiento. También se regulan las horas de trabajo en los bancos de rendimiento.

Equilibrio de fuerzas en la parrilla

El sistema de hándicap aerodinámico es una de las novedades. Las horas de túnel del viento y simulaciones computacionales CFD a partir de 2021 se repartirán en función de los resultados del fabricante en 2020. Por tanto, el último clasificado tendrá más horas que el penúltimo, y así sucesivamente hasta el campeón. Los grandes apoyan esta medida.

El objetivo final de las reglas

El fin es hacer la Fórmula 1 más sostenible y poner fin a los presupuestos de 400 millones de euros bajo los que han operado Mercedes, Ferrari o Red Bull. Para convencer a los tres grandes se han habilitado excepciones en el intercambio de piezas, porque estos equipos fabrican componentes que venden a sus clientes de la parrilla (Haas, Racing Point, Alpha Tauri…) y su diseño y producción incurre en gastos extra. Aunque el objetivo evidente es impedir una desbandada de constructores ante la crisis de la pandemia tanto entre las escuderías como en los suministradores de motores. Honda, Toyota o Renault salieron de la F1 en la crisis económica de la década anterior. Si el monoplaza o la unidad de potencia son casi idénticos en 2020 y 2021, la gran inversión ya está hecha. Lo difícil será convencer a las marcas con dudas (fundamentalmente Mercedes y Renault) de su continuidad en 2022, con un monoplaza radicalmente nuevo.

Los riesgos del cambio normativo

Hay quien relaciona estas medidas con una F1 más vulgar, o menos puntera tecnológicamente. Ingenieros del paddock aseguran a AS que eso no será así: con más presupuesto “se compra tiempo” para llevar una idea a la pista en pocas semanas, pero el desarrollo seguirá siendo puntero. Por otro lado, el techo de gasto se traducirá, inevitablemente, en despidos en las fábricas. “Hay que ajustar el tamaño de los equipos y será doloroso”, afirma Andreas Seidl, jefe de McLaren, donde se prevé una pérdida de 70 empleos en la F1 (y 1.200 en todo el grupo). Ferrari ya ha dicho que explorará Indy o Resistencia para evitar un ajuste masivo, pero en Maranello o Brackley hay más de 1.000 empleados.

¿Quién gana y quién pierde?

Salen beneficiados equipos medianos. Los pequeños operan por debajo del techo de gasto y no podrán acercarse. Los grandes deberán redimensionar sus estructuras. Los medianos, McLaren, Renault y Aston Martin, ya trabajan en cifras muy cercanas. Precisamente Woking ha sido uno de los grandes defensores de estas medidas frente a la postura de Ferrari. Aunque este paquete de normas tiene su final en 2022, cuando debe desarrollarse un monoplaza completamente nuevo que altere las fuerzas de la parrilla. Entonces los beneficiados deben ser los aficionados.