Price, Benavides, Laia... Así se vivió el duelo por Gonçalves
Contamos el día posterior a la muerte del portugués, el de la etapa cancelada, a través de sus compañeros, entre ellos dos de los que se pararon a ayudar.
Otro día delicado en el campamento de Wadi Al Dawasir. Mientras los coches atravesaban un mar de arena y dunas a toda velocidad, las motos permanecían quietas, cubiertas con lonas bajo las carpas de sus equipos. Una imagen simbólica, de respeto hacia su añorado amigo, desoladora. Paulo Gonçalves se dejó la vida ayer disfrutando hasta el final de su mayor pasión, y hoy sus compañeros le guardaban duelo. No era fácil llamar a las puertas de sus caravanas, muchos se encerraron en ellas, otros aceptaron hablar, desahogarse.
Tal fue el caso de uno de los más afectados por la tragedia, él que se encontró al portugués en primer lugar, Toby Price. "Es un día muy duro... Conocemos los peligros de este deporte y cuando un día de estos llega tenemos que estar preparados. Todos necesitamos reflexionar y respetar a su familia y amigos, por eso cancelamos la etapa, perdimos a un buen miembro de nuestra familia, le queríamos mucho", decía el australiano de KTM, completamente abatido después de pasar "los ocho minutos más largos" de su vida esperando al helicóptero médico.
Así cuenta lo que vivió: "Estaba en una gran pista rápida y vi una moto caída en la distancia. No sabía muy bien quién iba delante, pero enseguida me di cuenta de que era Paulo. Al llegar, me le encontré en el suelo. Inmediatamente vi que era algo muy serio, llamamos a los helicópteros cuanto antes. Los médicos respondieron bastante rápido, intentamos hacer todo lo que pudimos, pero no había respuesta… Trataron de consolarme a mí y a Svitko, que llegó dos minutos que yo". Pero no hubo manera.
"Price lloraba desconsoladamente, y yo también me puse ahí a llorar, lo pasé muy mal", cuenta Kevin Benavides, uno de los que se paró en el lugar del accidente, pero no supo que era Paulo, su amigo, hasta que llegó a meta. Lo recuerda escondiéndose bajo su gorra: "Vi la moto y lo primero que pensé es que era Rodrigues (cuñado del portugués), nunca imaginé que fuese Paulo. Como ya estaban los médicos, solo vi un poco la cabeza y no me quise acercar para no entrometerme, me quedé ahí hasta que me dijeron que siguiera, que no podía hacer nada".
"Estaba en shock, sabíamos que estaba en juego una vida. Salí de ahí, hice 200 km muy mal, pensando en ello y en cómo le iba a decir a Paulo que era su cuñado", prosigue el argentino, que cuando se enteró de quién era realmente se derrumbó: "Cuando llegué al repostaje en el km 470, me dijeron que había sido él. Me puse muy mal, Paulo era mi mejor amigo aquí y me sentía mal por haberme ido, por no haber prestado atención, por nunca haber pensado que era él. Me tiré al suelo… Quedaban 70 km para el final y lloré en cada uno de ellos".
"Cada día que subimos a la moto estamos arriesgando nuestras vidas. Sabemos el riesgo que nos rodea, solo queda esperar y rezar para que no haya muchos días así", reflexiona Price, y el de Honda lanza el mismo mensaje: "Somos pilotos y afrontamos estos riesgos, yo voy a seguir por él y por mí, y sé que también él desde arriba me va a estar guiando". Ambos coinciden en que la cancelación "fue una decisión muy acertada" y también en que "la etapa fue realmente rápida", "exageradamente" para Kevin, "pero no fue culpa de nadie", como apostilla Toby.
El día después de Laia Sanz y Sara García
Además de Price y Benavides, también hablamos con Laia Sanz y Sara García. A la primera se la vio muy afectada ayer y ahora estaba "mejor, pero es chungo". "Sólo tengo buenas palabras para Paulo, me trató muy bien, como a todos", dice la catalana, que admite que "será difícil" volver a la moto: "Piensas que te podía haber pasado a ti y eso te deja tocado, no quedan muchas ganas de dar gas... En mi caso fue un poco peor al tener a Jaume (Betriu, su pareja), porque tras lo de ayer tener al alguien cerca que también corre se hace aún más difícil".
Sara también corre con su chico. "Va a ser difícil quitárnoslo de la cabeza, sabemos que estas cosas pasan, pero se hace duro", admite, y nos cuenta que vivió algo parecido: "En la Baja Aragón vi a un amigo accidentado, fui yo quien se lo encontró inconsciente y ya fue imposible recuperar la concentración. Fue solo un susto, pero Price no lo olvidará nunca… Los pilotos de motos y quads estamos muy expuestos". Por eso es tan hechos de otra pasta, se pueden preguntar, "¿qué haces aquí?, ¿vale la pena?", como le pasó a Laia. Pero siguen adelante.