La peculiar relación entre el jefe de McLaren y Fernando Alonso
El asturiano ha perdido presencia en el equipo de F1 desde la llegada de Seidl. "Siento mucho respeto por él", dice el alemán. Se conocen desde 2014.
Andreas Seidl tiene una misión, devolver a McLaren a las posiciones que ocupó no hace tanto, y dirige todos sus empeños hacia ese fin. Y aunque en Woking hay quien presta más atención al pasado reciente, la Indy 500 o los planes de Le Mans, este ingeniero alemán no tiene distracciones al respecto. No es un secreto que Fernando Alonso y Zak Brown, CEO de McLaren Racing, siempre han tenido muy buena relación más allá de los resultados puramente deportivos cuando han compartido proyecto. Tampoco parece un secreto que este ingeniero alemán, que asumió en mayo los poderes de la escudería, y el piloto asturiano no tienen la misma química.
El español es ahora embajador de la firma, aunque no todos los embajadores se sientan en el muro o se pasan por el box y las reuniones de ingenieros como sí hace Fernando. Tiene un rol especial, por su pasado y su presente. Probó el coche en Bahréin y se especuló que volvería a hacerlo, aunque desde que llegó Seidl esa posibilidad desapareció. ¿Cuál es hoy la relación entre ellos? AS se lo pregunta a Andreas y no hay una respuesta clara, o quizás sí: "Es un miembro del equipo desde hace mucho tiempo y hay mucha gente que tiene una relación muy cercana con él. Especialmente Zak. Yo le conozco del pasado, de cuando tuvimos conversaciones para que pilotase con Porsche en las 24 Horas de Le Mans, creo que aquello fue en 2014 para 2015".
Buenas palabras, en cualquier caso: "Siento mucho respeto por lo que ha hecho en el pasado y lo que sigue haciendo, me gusta verle compitiendo en campeonatos tan diferentes y eso muestra lo buen piloto que es".