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MOTOE | GP DE VALENCIA

Garzó aún persigue el primer título de las motos eléctricas

El valenciano llega segundo, a 19 puntos de Ferrari, a las dos últimas carreras del año: “Voy a lucharlo hasta el final y, además, corro en casa”.

Cheste
Garzó, a la izquierda, con Ferrari y Casadei en Misano.

El GP de Valencia aún debe dilucidar un título. Adjudicados los de MotoGP y Moto2 para los hermanos Márquez y el de Moto3 para Dalla Porta, queda por saber quién será el primer ganador de la historia de la nueva copa del mundo de MotoE. Y ahí hay un español con opciones de victoria. Se trata de Héctor Garzó, que llega a 19 puntos del líder, Matteo Ferrari, pero con más esperanzas de lo que dice esa distancia ya que en el Ricardo Tormo se cerrará la temporada con la disputa de dos carreras para las motos eléctricas.

“Sería muy importante ganar este título porque, aunque la categoría aún no está muy consolidada dentro del Mundial, ser el primer campeón de la historia de las motos eléctricas es algo importante. Voy a lucharlo hasta el final y, además, corro en casa. Estoy seguro de que podré luchar hasta la última curva”, anuncia el valenciano.

El piloto del Tech 3 E-Racing fue segundo en la cita anterior, la de Misano, donde pisó fuera del trazado peleando en los últimos compases y por un momento pareció que le sancionarían, pero se libró. Él asegura que “aquello fue un lance de carrera” y argumenta que “en MotoE, cualquier movimiento se multiplica por 20 y los límites del trazado son más difíciles que en otras categorías”.

Respecto a su desventaja de 19 puntos en la general, con 50 aún en juego, dice: “Dos carreras son 50 puntos y estoy seguro que estaré luchando por el podio en Valencia. No sé cómo se le dará a él mi circuito, pero lo importante es que lo pelearé hasta el final. Si sale bien, muy contento. Y si no, lo habré intentado”.

Hubiera ayudado, y mucho, a que la diferencia fuera aún más corta, que no se hubiera caído en la última vuelta de Austria, donde remontó con tanto brío que no se conformó con un segundo que ya era suyo. Lo recuerda así: “He pensado mucho en la caída de Austria y me he dado cuenta de que en esta categoría no se trata sólo de llegar y ganar. Es un campeonato muy corto y eso hace que los puntos valgan mucho. En Austria intenté un imposible y esa caída hoy me perjudica. Casi me sale bien, pero no conocía el límite de la moto en agua y creo que cualquier piloto rápido y cuerdo habría intentado recuperar cuatro décimas respecto al líder de la carrera”.

Ahora que pelea por el primer título de MotoE, Garzó no olvida sus orígenes: “Empecé en los campeonatos pequeños. Hice la Liga Interescuelas con Quique Baños y Chicho Lorenzo, y la Cuna de campeones. He estado toda la vida con Augusto Fernández, Joan Mir e Iker Lecuona y algún otro que cuelga por ahí. Mi ingreso en el Mundial no ha sido de la mejor forma posible, comparado con ellos. Gané la Copa de España de PreMoto3, también gané en Supersport 600 y los tres últimos años he hecho el Europeo de Moto2. Ahí cuarto, tercero y segundo este año, detrás de Edgar Pons”.

Y expresa un deseo común a muchos compañeros de parrilla: “Espero que MotoE sea el trampolín para entrar en Moto2. Este año ha estado muy complicado en Moto2. No hay huecos, pero sí muchos pilotos que queremos entrar y otros que están que igual no se merecen estar, pero esto es el Mundial y las cosas van así. No es conforme a lo mejor que seas, pero espero dar mi máximo aquí para que esto me facilite mi salto al Mundial”.