La lista de tareas de Ferrari para luchar por el Mundial en 2020
El monoplaza 'rojo' necesita un salto de calidad, pero Mattia Binotto va mucho más allá: "Fiabilidad, mentalidad, estrategia, ‘pit stop’, neumáticos…".
Parece que en Maranello impera la paciencia en esta temporada, aunque en el pasado no haya sido así. La dirección confía en Binotto, que a su vez confía en sus hombres. Todos los cargos llevan poco tiempo en sus puestos actuales empezando por el dirigente suizo o sus superiores de Fiat y Ferrari, Elkan y Camilleri, así que esperan que con tiempo y aprendiendo de los errores se pueda dar el siguiente paso como equipo para volver a luchar por los títulos hasta las últimas carreras del año. En 2019 los análisis coinciden: había coche para más, pero no siempre supieron extraer todo de él y el rival, Mercedes, ha completado una de sus mejores campañas de siempre. Pero Ferrari tiene puntos fuertes: la alineación de pilotos más completa de la parrilla, con Vettel y Leclerc, una velocidad punta endiablada y un coche que a una vuelta se ha mostrado como el mejor del curso. Cimientos sobre los que construir el monoplaza de 2020, que comenzó a gestarse en la fábrica durante el verano y llegará al parón de invierno ya muy adelantado.
Binotto, director de la escudería, subraya los aspectos a mejorar como fabricante y como equipo comparándose con la escuadra de Toto Wolff: "Son un equipo muy, muy fuerte y lo han demostrado en los últimos años. Nunca he visto un nivel de competición tan alto en los últimos 20 años. Enhorabuena, ganarles es muy difícil y no es sólo prestaciones. Es fiabilidad, mentalidad, estrategia, ‘pit stop’, neumáticos… sabemos cuál es nuestra tarea y tenemos una referencia. Estamos mejoramos, lo hemos hecho durante la temporada pero no estamos donde deberíamos. Ahora el objetivo es el coche nuevo, su diseño y su fiabilidad, y tenemos el invierno para trabajar tan duro como podamos, tan bien como podamos, y ver qué podemos hacer".
Porque en Ferrari esta temporada han fallado muchas cosas. En las primeras carreras erraron con el ‘set-up’, los reglajes, y cuando afinaron ya era demasiado tarde. Muchas de esas décimas de mejora las encontraron exclusivamente en un mejor conocimiento de sus propias prestaciones y el otro gran paso adelante llegó con las evoluciones implementadas en Singapur, pero el resto ya estaba ahí en el monoplaza que falló estrepitosamente en Australia. También han fallado las operaciones en pista y la fiabilidad: ni una vuelta en la Q3 de Alemania, la avería de Leclerc cuando debía ganar en Bahréin, rotura de Vettel en Rusia que arruinó un doblete. Los pilotos: la terrible salida de Suzuka, los accidentes de Leclerc en Alemania o Bakú y los muy numerosos errores de Vettel en Bahréin, Canadá o Gran Bretaña. También la estrategia, algo que se pone de manifiesto en carreras como México desperdiciando una primera línea.
Y a ojos del ‘paddock’, la gestión del ego de sus dos estrellas no ha sido óptima. Se generó un estatus prioritario para Vettel desde el inicio de curso que no fue saludable ni para ‘Seb’ ni para Leclerc. Con el paso de las carreras, el monegasco le ha alcanzado y superado, y puede afirmarse que ambos rinden al mismo nivel ahora mismo. Más puntos para Leclerc (+19), más podios para Vettel (nueve por ocho), más poles y victorias para Charles aunque con cierta igualdad general entre ambos en ritmo de carrera. En 2020, su asalto al Mundial se construye a partir de ’Seb’ y Charles, ya en igualdad para que gane el mejor. Así que la responsabilidad ahora está en el ‘staff’ de Maranello, que trabaja desde el verano para gestar un monoplaza que sí rivalice con Mercedes.