Red Bull siembra dudas sobre la legalidad del motor Ferrari
Preguntaron a la FIA si el sistema que creen que se usa en Maranello es legal, recibiendo un no por respuesta. Pero nunca se han encontrado irregularidades.
Primero son los halagos envenenados, "la ventaja de Ferrari en las rectas es descomunal", "tienen un modo jet", "no se puede competir contra esa velocidad en recta". Pero detrás están las sospechas, las dudas sobre el famoso ‘modo fiesta’ de la Scuderia y su empleo en las clasificación: se lleva años hablando del teórico consumo de aceite como combustible y nunca ha sido probado, como tampoco la entrega irregular de potencia eléctrica en la unidad de Maranello. Su ventaja en las rectas, resultado de un gran motor pero también de un coche que genera menos carga aerodinámica y es más eficiente con el pie a fondo, despierta dudas y recelos entre los rivales de la parrilla. Y según se publica en la prensa especializada inglesa, Red Bull ya ha preguntado directamente a la FIA si los sistemas que sospechan que emplea Ferrari son legales, recibiendo un no por respuesta.
El escrito se firmó el 22 de octubre por Paul Monaghan, ingeniero jefe, y la escudería energética planteaba si era posible variar el flujo del aceite sin modificar los intervalos de consumo (utilizando mucho de golpe para después compensar reduciendo el flujo sin alterar las medidas de los sensores), y no se permite, de lo que se deduce que Ferrari no utiliza algo así o no ha sido hallado hasta ahora. Aunque en la Fórmula 1 puede haber grises y no todo lo que no es legal es ilegal como bien podría justificar Renault, que lleva años utilizando un sistema automático que equilibra el reparto de frenada que no se permite usar desde el pasado fin de semana.
Ferrari ya ha reivindicado en varias ocasiones que no incumplen ningún reglamento y Binotto dice en público que daría la bienvenida a cualquier investigación expresa del organismo internacional porque eso probaría que todo se ajusta a las normas. Si bien, los rumores por el ‘paddock’ señalan a la menor superioridad en las rectas desde aquel 22 de octubre: en México perdieron la pole contra Verstappen, aunque la recuperaron con la sanción al holandés. Y en Austin, otro circuito con una recta enorme, han sucumbido frente a Mercedes cuando los rivales no han hecho una vuelta brillante. La sospecha es que han contenido las prestaciones del ‘modo fiesta’ para evitar levantar, valga la redundancia, más sospechas. Pero no es más que la rumorología propia de la trastienda de la Fórmula 1.
Porque la FIA no ha visto nada sancionable en las unidades de potencia de Ferrari durante las últimas temporadas y las verificaciones han sido profundas, las propias de un campeonato de automovilismo del más alto nivel. Unas fuentes señalan a la arquitectura de doble batería como principal diferencia con respecto a Mercedes, y otras a un SF90 excesivamente eficiente al aire, que sufre en las curvas lentas pero se enfrenta a las rectas con muy poco ‘drag’. En cualquier caso, la polémica está ahí: los dos grandes dudan de la legalidad de Ferrari, lo que desliza connivencia de la Fórmula 1. Y Ferrari duda de sus rivales: mientras ellos aceptan la superioridad de Mercedes, ni Brackley ni Milton Keynes contemplan que tengan de golpe el mejor motor de la parrilla.