El ajetreo de McLaren en Austin y sus planes para el futuro
Norteamérica es el mercado más importante para Woking. O'Ward y Askew, sus pilotos para la IndyCar. El 'hospitality', un hervidero de personalidades.
Parece que McLaren juega de local en Austin, quizás tenga algo que ver la nacionalidad de Zak Brown, pero es evidente que el mercado norteamericano tiene muchísima importancia para los accionistas de Woking. Es donde sus ventas son mayores en cuanto a la división de coches de calle y desde los últimos años ha habido especial interés en hacerse un hueco dentro del automovilismo de Estados Unidos. Las dos presencias en Indianápolis anticiparon su programa a tiempo completo en la IndyCar anunciado para la temporada 2020 en asociación con Schmidt Peterson y con dos pilotos, el mexicano Patricio O’Ward y el norteamericano Oliver Askew, que están presentes en COTA. De hecho, existe el runrún de que vaya a haber algún tipo de acto durante el fin de semana de gran premio.
El ‘hospitality’ de McLaren es aquí un hervidero de pilotos, ‘staff’, alta dirección, accionistas (incluidos los representantes de la monarquía bahreiní), invitados y VIP, amigos personales de Zak (como los Andretti)… probablemente el que más ajetreo tiene este fin de semana en el circuito americano. A la cabeza está Zak Brown, que no ha estado presente en todas las carreras, y este fin de semana se ha incorporado también Gil de Ferran, director deportivo que pasó al perfil bajo después del desastre en las últimas 500 Millas. Ambos cedieron la gestión total de la escudería de F1 a Andreas Seidl, que se ha rodeado de figuras: James Key, al frente de la dirección técnica, seguía reuniéndose ayer mismo con personalidades de la división de motores de Renault como Remi Taffin. O Andrea Stella, el máximo responsable de ‘performance’ y uno de los ascensos más importantes desde dentro de la propia casa en los últimos años, revisando proyectos.
A todas estas visitas se suman las de importantes patrocinadores como Estrella Galicia, que han querido felicitar expresamente a Carlos Sainz por su 110º GP en la Fórmula 1, o CocaCola, una firma de magnitud global que ha entrado con sin hacer mucho ruido, pero cuyas aportaciones pueden ir a más. Han cambiado las sensaciones en este garaje y también su impacto mediático: en los accesos a Austin aparece el McLaren en los carteles publicitando productos de British American Tobacco. El MCL34 está repleto de anunciantes y vienen más de camino. Sólo suena Petrobras como posible baja, aunque es un tema que aún no está cerrado, se leen hasta las últimas líneas del contrato y el futuro depende más bien de los designios del presidente brasileño, Bolsonaro, y su equipo de gobierno.
Por el ‘paddock’ se comenta que entre las virtudes de Zak Brown, un hombre feliz en la F1 después de dos temporadas complicadas, también ha estado saber liberarse de buena parte de la gestión directa del equipo en favor de hombres mejor preparados, especialistas de las carreras, mientras él se ha dedicado a recuperar el pulso marquetiniano en un equipo que apenas contaba con Honda como socio en 2017. El hombre de negocios de Indianápolis, de 47 años, reconocía este viernes: "Está siendo mucho más divertido venir a Austin ahora de lo que fue el año pasado". Entonces sus dos pilotos fueron eliminados en Q1 y su coche acababa 2018 como el penúltimo de la parrilla. Doce meses después: el cuarto monoplaza, dos pilotos jóvenes con proyección, una escudería en progresión, interés de los patrocinadores, un desembarco en Norteamérica para 2020… y un ‘hospitality’ lleno hasta la bandera (sólo falta Alonso, que no pudo asistir por su participación en un raid en Arabia Saudí a partir de la semana que viene), donde se mueven otra clase de negocios. Parte del crédito corresponde al CEO que este fin de semana juega de local.