El caníbal Marc Márquez remata su 8º Mundial con otra victoria
El del Repsol Honda ganó a Quartararo en la última vuelta de Buriram para sumar su sexto título de MotoGP. El francés fue segundo y Maverick, tercero.
Tal como fue la carrera de Tailandia, el titular iba camino de ser algo así como ‘La infinita superioridad de Márquez le lleva al octavo título’. Sin embargo, la casta que volvió a demostrar, sin necesidad alguna, este gigante pequeño genio obligaba a algo más contundente… Así que vayamos con ‘El caníbal Márquez remata su octavo Mundial con otra victoria’.
El título estaba cantado desde hace varias semanas, porque su superioridad infinita le ha permitido rubricar el Mundial más cómodo de su historia. Al coronarse en el GP de Tailandia, le sobran las carreras de Japón, Australia, Malasia y Valencia. Eso son cuatro. Y eso es algo que no se veía desde principios de siglo, cuando el mejor Rossi o desde Doohan en una ocasión. Ha sido gracias a una regularidad fabulosa que no le ha apeado de las dos primeras plazas siempre que ha acabado una carrera. La única vez que no lo hizo fue en Texas, donde se cayó cuando iba escapado hacia la victoria. Lo demás han sido nueve victorias y seis segundos puestos.
La de Tailandia no era necesaria, porque tenía la coronación más que asegurada en Buriram con la segunda plaza que ocupó casi toda la carrera. Tenía que meterle dos puntos más a Dovizioso para liquidar el campeonato y el italiano no pudo pasar de la cuarta plaza. Sin embargo, el ya ocho veces campeón del mundo (seis de MotoGP, una de Moto2 y otra de 125cc) no quiso permitir que Quartararo lograra su primer triunfo en la clase reina.
El galo dominó toda la prueba y hubo un momento en el que pareció que pudiera soltar de su rueda a Márquez, porque llegó a sacarle siete décimas, pero el duelo de vueltas rápidas entre ambos permitió que se llegara al final de la prueba con ambos pegados. El de Honda le había enseñado la rueda al de Yamaha un par de veces, pero no fue hasta la última vuelta cuando le superó por vez primera. Fue en la recta previa al segundo viraje. Fabio no se amilanó y aguantó pegado a él hasta el final, para intentar un último movimiento. Fue en la curva de entrada a meta y Marc le ganó como ya hizo en esta misma pista con Dovizioso el año anterior. No le inquietó que le pasara su rival en un primer momento, algo forzado, y recuperó el liderato a la salida de la curva para recibir el banderazo en primera posición de nuevo como campeón.
De ahí a una loca vuelta de honor en la que esta vez no se le salió el hombro, como el año pasado. Su hermano Álex le dio el primer abrazo y un poco después su club de fans le había preparado una celebración apropiada para el número 8, el de sus títulos. Le dieron un taco de billar y golpeó sobre una mesa con la bola blanca a la negra, la 8, para meterla en el agujero y seguir con su vuelta de honor hasta llegar a pie de podio, donde le aguardaban los miembros del Repsol Honda, que gracias a él vuelven a ser el mejor equipo del mundo.
Quartararo se quedó más resignado con su segundo que en Misano, porque ya son dos las veces que pierde así con el campeón, y el podio lo cerró Maverick. Estuvo de nuevo cerca de la cabeza, pero sin llegar a meterles rueda. Más atrás, Dovi, Rins, Morbidelli y Rossi, que ya ve al caníbal de Márquez por el retrovisor desde su poltrona de los 9 títulos. El año que viene irá a por esos 9 y quién sabe cuántos le caben, porque no se cansa de ganar y tiene potencial para hacerlo muchas más veces.