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F1 I GP DE FRANCIA

McLaren ya tiene un rumbo

Sainz manda en la pista y Seidl, en el muro. Habrá evoluciones en las próximas carreras, ya se trabaja el coche de 2020 y en 2021 se busca una revolución con el túnel del viento.

Le Castellet
LE CASTELLET, FRANCE - JUNE 22:Carlos Sainz of Scuderia Renault and Spain  during qualifying for the F1 Grand Prix of France at Circuit Paul Ricard on June 22, 2019 in Le Castellet, France. (Photo by Peter Fox/Getty Images)
Peter FoxGetty Images

McLaren ya es otra cosa y la buena noticia es que los verdaderos cambios no han hecho más que empezar. El equipo tuvo en Paul Ricard el cuarto coche por prestaciones puras a una vuelta y también en ritmo de carrera, Carlos Sainz consolida su séptima posición en la general, el primero de la clase media, y Lando Norris sigue progresando con un buen fin de semana, problemas hidráulicos aparte. "Dejo Francia muy contento, hemos tenido ritmo y un fin de semana como este es lo mejor que puede pasarle a un equipo", afirma Andreas Seidl, director de la escudería.

Lo fundamental, más allá del rendimiento del MCL34 y el buen hacer de los pilotos, es que se están cuidando tres pilares fundamentales: el desarrollo del coche de este año, una gestación temprana del monoplaza de 2020 y una próxima mejora de las infraestructuras para 2021 en adelante con la construcción de un túnel del viento en Woking que estará operativo en dos años y que ha propuesto el propio Seidl a los accionistas y a Zak Brown. Tiene plenos poderes y respaldo total de la dirección.

Para este 2019, la previsión es seguir incorporando pequeñas novedades en el monoplaza en cada gran premio, aunque no habrá un gran paquete aerodinámico. El ingeniero alemán se explica en As: "Seguiremos desarrollando el coche durante las próximas carreras aunque no planeamos traer una enorme mejora conjunta. Habrá evoluciones poco a poco, lógicamente en algún momento habrá que parar el desarrollo de este coche para centrarnos en el del año que viene". "El de 2020 será el primero que se ajuste a un ritmo normal, empezando pronto. No hay magia, que nadie tenga enormes expectativas para entonces, pero queremos mantener este buen momento para dar el próximo paso en cuanto a prestaciones", sentencia.

Al respecto, los múltiples experimentos que están llevando a cabo en el garaje, como la revolucionaria suspensión delantera que probó Carlos el viernes de Francia, también pueden estar vinculadas con el proyecto de 2020. "Todo lo que aprendes ahora se transmite al coche del año que viene, especialmente teniendo en cuenta que las reglas serán más o menos las mismas".

Será el primer coche firmado por James Key, aunque Pat Fry seguirá cumpliendo un papel fundamental porque el actual director técnico, como Seidl, permanece "en modo de observación". En ese sentido, el ‘feedback’ de Sainz en la pista es fundamental para todo lo que tenga que ver con evoluciones y desarrollo. "Quiero seguir rindiendo como hasta ahora y también ejercer ese liderazgo en McLaren. Estoy disfrutando mucho aquí, es bueno ver que todos escuchan tus mensajes y que progresamos y corregimos lo que va mal", afirma Carlos.

El único borrón que puede ensuciar esta progresión en los próximos fines de semana es la fiabilidad, que sigue siendo la mayor preocupación y más cuando atañe al motor Renault, incluso en una carrera teóricamente plácida como la de Paul Ricard. El piloto madrileño será penalizado cuando monte la próxima unidad de potencia y eso es algo que fácilmente puede suceder en Austria o Gran Bretaña. "Desafortunadamente es parte del juego", dice el máximo responsable del equipo, que intentará minimizar sanciones.

Todo con el riesgo de que Renault, u otros equipos, se hagan más fuertes en la zona media. Algo que no afecta al rumbo de McLaren, según el jefe: "Nuestro objetivo no es Renault, hay una batalla muy fuerte en la zona media y queremos ser los primeros. Pero nuestro objetivo es reducir la desventaja con respecto a la cabeza. Y supongo que Renault piensa lo mismo".