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MOTO2

"Una cosa es subir a MotoGP y otra competir con Marc"

Álex Márquez está centrado en su pelea por el título de Moto2, pero no es ajeno a un posible salto a la clase reina que asegura “no haría de cualquier manera”.

Montmeló
"Una cosa es subir a MotoGP y otra competir con Marc"
MotoGP

Álex Márquez vuelve a pelear por el título de Moto2 este año. Reconoce que en 2018 no estuvo a la altura, porque le descentraron los cantos de sirena que ya tuvo de MotoGP. Ahora no es ajeno a un posible salto, pero sin desviarse de su faena principal y dispuesto a esperar si fuera necesario a 2021 para dar el gran salto. No subirá de cualquier manera para intentar enfrentarse a su hermano Marc.

-Sólo traigo una pregunta preparada y es fruto de una conversación que tuve con su madre, tras su victoria en Mugello.

-Sorpréndeme.

-Me dijo: ‘El día que Álex llegue a MotoGP, Marc le dejará ganar, porque es muy padrazo’. Le dije a Roser que me costaba creer algo así y ella insistió. ¿Cómo lo ve usted?

-(Se ríe). No lo sé. Eso debe ser fruto de la emoción del momento, de verme ganar en Italia. Una cosa es que lo haga entrenando conmigo y otra que lo haga en su trabajo, porque cuando estás defendiendo unos colores da igual con quién coincidas en la pista.

-También me dijo su madre que, antes de que Marc le dejara ganar, primero tendría que llegar a su rueda…

-Eso es verdad. Una cosa es subir a MotoGP y otra competir contra Marc. (Sonríe). Hay mucha diferencia entre ambas cosas.

-Sea como fuere, lo que está claro es que se vuelve a hablar de usted como un candidato a dar el salto de categoría, y más con tres victorias seguidas como lleva.

-Yo soy realista. Mi sueño y mi objetivo es estar el año que viene en MotoGP, pero siendo realista, no me hago muchas ilusiones, porque hay pocas plazas y para que eso pase se tienen que cuadrar otras cosas. Yo me quiero olvidar de eso, porque es algo que otros años me ha pasado factura, y, si hago bien mi faena, Emilio (Alzamora) tendrá más fuerza para hacer la suya. Es muy difícil y me olvido un poco eso.

-¿Cuándo le pasó más factura pensar en MotoGP?

-El año pasado. En 2017 era más fácil, pero el año pasado hubo mucho baile y, quieras o no, tu cabeza pierde algo de tiempo pensando en eso. Por eso este año ni pregunto.

-¿Qué siente cuando equipos satélites Ducati se fijan en usted hace tiempo?

-Eso quiere decir que estás haciendo algo bien para que se fijen. Si estás atrás no lo haces. Es una motivación. Lo del Pramac viene de hace dos años, porque tengo muy buena relación con Guidotti, al que conozco desde que trabajó con Marc cuando estaba en 125 con KTM. Yo era pequeño e iba por ahí. Nos conocemos desde entonces y había la coña cuando nos veíamos, porque me decía que cuándo me iba con ellos. Ahora hablaron con Emilio más en serio, pero la coña viene de hace mucho.

-¿El sueño ideal es subir con Honda?

-Es lo que dice Marc, ahora hay cuatro marcas con las que puedes ganar un título y KTM cada día está más cerca. Hay que ver. Cada situación y cada piloto es diferente. Que mi hermano esté en Honda no significa que yo tenga que acabar en Honda. Cada uno hace su camino, tiene su estilo e intuye qué moto le puede ir mejor. Parece que Yamaha y Ducati son más fácil a priori para rookies y la Honda es más difícil o crítica. Y la Suzuki también parece buena para rookies. Hay que ver la oportunidad que te dan y luego decidir.

-Por lo que dice, ¿no va a subir de cualquier manera?

-No. Eso está claro, porque si haces el paso, luego es mucho más difícil hacer el paso atrás. Así, cuando se haga, hay que hacerlo bien. Además del material, yo en lo que más me fijo es en el box, en la gente que hay, en la familia que puede haber. Para mí eso es lo más importante, y más siendo rookie en MotoGP.

-¿Firmaría ser campeón este año, pasear el 1 el año que viene de nuevo en Moto2 y subir a MotoGP en 2021?

-¿Por qué no? Firmo de cabeza ahora mismo ese plan. Además, en mi equipo actual me siento muy bien, me siento querido y se ha hecho todo lo que pedí. La estructura en sí es muy buena y noto que vamos todos a una.

-Sin ánimo de compararle con su hermano, ¿por qué a usted le cuesta más que a otros pilotos explotar? Lo acaba consiguiendo, pero parece más diésel, ¿no?

-Sí. Para ir rápido y buscar el límite lo tengo que tener todo bajo control.

-Pero no es de los que escatime en caída…

-Ya, porque soy cabezón y lo intento muchas veces. En Moto2 me ha costado y todo ha sido un poco por circunstancias. En 2015, íbamos mal con las suspensiones. En 2016, dimos un paso en eso, pero no acabaron de salir los resultados. Y en 2017 y 2018 estuvimos allí. Cuando más fallé fue en 2018, que no estuve todo lo concentrado que debía en estar en lo mío. Eso es algo que tengo que mejorar para este año.

-¿Siente que lo está consiguiendo?

-Esto es muy largo, pero noto que he mejorado respecto al año pasado.

-¿En qué?

-En ser más maduro. Cuando voy rápido, sé la razón, y cuando no, sé dónde debo mejorar, sé cuáles son mis puntos débiles.

-Estuvo sin ganar entre Japón 2017 y Francia 2019. ¿Qué fue lo más duro en ese tiempo y por qué cree que no llegó antes la victoria?

-No hay que buscar excusas y no creo mucho en la mala suerte. La verdad es que no hubo ningún momento muy duro, porque en carrera estábamos ahí y lo que pasaba es que no acababan de cuadrar las cosas. Yo sabía que tenía que mejorar mis puntos débiles, que son los finales de carrera, sobre todo, y eso son los deberes que me he puesto para este año. He hecho cada test con gomas muy gastadas y simulacros controlando los tiempos que han ayudado.

-¿Ha ayudado también el motor Triumph llegado este año a Moto2?

-Sí. El estilo natural del motor Triumph me ayuda más. Es más tipo MotoGP y no hay que buscar tanto paso por curva sino la aceleración. He sabido adaptarme. Con el motor Honda se podía derrapar mucho y era muy controlable y con el Triumph hay que vigilar. Es un motor con unas inercias diferentes, que cuesta mucho controlar cuándo se va. Hay que llevar el punto de derrapada, pero sin pasarte, porque cuando vuelve es muy agresivo. Tiene más chicha y es mucho más divertido.

-¿Qué hay que hacer para ganar este Mundial que ya lidera?

-Sumar en cada carrera y no fallar. Se vio el año pasado con Oliveira y Bagnaia, que no hicieron un solo cero. Mi objetivo es estar en cada carrera entre los cinco primeros. Si se cuadra, podio. Y si se cuadra mucho, victoria. El Mundial lo ganará quien trabaje más en entrenos y llegue preparado a las carreras.

-Eso es un poco la filosofía Dovizioso en MotoGP antes del cero de Montmeló, ¿no?

-Sí. Tengo que hacer el Dovizioso en Moto2, acabar, acabar, acabar y acabar, y ser el más rápido cuando se pueda.

-Qué ironía que su modelo a seguir sea justamente el mayor rival por el título de su hermano Marc.

-Bueno, Marc también lo hace ahora así.

-¿Qué le dice él cuando falla, como en 2018, y en un año como este en el que va mejor?

-No me dice nada cuando fallo, porque sabe que yo mismo estoy ardiendo por dentro. Analiza el porqué de las cosas, pero no hace sangre. Y cuando todo va bien, pues como en todas las cosas, todo muy bonito.

-¿Se imagina celebrando otro doblete de títulos con su hermano?

-Prefiero no imaginarlo, mejor que pase. Ya sucedió y es muy bonito, aunque creo que nunca como la primera vez.