La alcantarilla: tres precedentes y un desafío para Michael Masi
El sustituto del fallecido Charlie Whiting como director de carrera se enfrentó a un problema que ya ha sucedido en otras ocasiones.
Apenas habían transcurrido 15 minutos de los primeros entrenamientos libres en Bakú cuando una tapa de alcantarilla levantada por Leclerc destrozó el fondo plano del Williams de Russell. Su chasis quedó seriamente dañado, no volvió a salir a la pista por la tarde, y la sesión fue suspendida casi al instante por el director de carrera, Michael Masi, que debía asegurarse de que cada una de las cubiertas estaban correctamente selladas, o al menos aseguradas, para continuar con un fin de semana de carreras sin incidencias.
En la Fórmula 1 reciente, la tapa de alcantarilla que destrozó el Williams de Russell en Bakú no es la primera, ni será la última, que tenga un papel protagonista. En los últimos años se recuerdan bien tres ejemplos. Para empezar, en Mónaco 2010 le tocó a Barrichello, también en Williams, y en plena carrera, salió el tercer coche de seguridad de aquel domingo. De nuevo en Montecarlo, pero en 2016, Button (McLaren) se encontró con una cubierta en Santa Devota que había levantado instantes antes Rosberg con el Mercedes. Su alerón se destruyó parcialmente. El último caso sucedió en un circuito permanente que ya no está en el Mundial, Sepang. Grosjean perdió el control de su Haas en Malasia 2017 sin motivo aparente hasta que se descubrió una tapa levantada en el piano que había rajado su neumático.
Masi ocupa una plaza interina y ha sido renovado carrera a carrera desde que en Albert Park se vio forzado a ocupar el puesto de Charlie Whiting, fallecido el jueves de Melbourne. Allí estaba a cargo de los V8 Supercars, aunque su vinculación con la FIA es constante en los últimos años y la progresión, también. De hecho, este año ya fue uno de los responsables en la pista de la carrera de Fórmula E en Hong Kong. Aunque no ha sido ratificado en el cargo, se entiende que el australiano continuará como director de carrera.
Este viernes habrá tenido que escuchar las inquietudes de los pilotos en el ‘briefing’ tradicional después de los entrenamientos libres. Para ellos Whiting siempre fue un garante de la seguridad, y el británico además era una de las caras públicas de la organización del campeonato. Masi, en cambio, mantiene su perfil bajo en cuanto a apariciones en los medios, pero su trabajo entre bambalinas está siendo más que apropiado para la FIA, que no tenía muchos candidatos para relevar a Whiting desde que Laurent Mekies, su exdelegado de seguridad, se marchó a Ferrari.
También tendrá que escuchar las inquietudes, y quejas, de los jefes de equipo. Claire Williams, al respecto: “Hemos pedido a la FIA y a la FOM que se aseguren de que no vuelve a suceder. Cuando envías a un coche a la pista deberías estar seguro de que no va a sufrir daños por culpa del circuito de esta manera. Somos un equipo independiente y hay consecuencias económicas en esto. El chasis está partido”. El enfado era evidente, aunque la normalidad regresó unas horas después con la clasificación de la F2 y la segunda sesión de libres de F1. Parece que, de momento, la primera tormenta para Masi ha pasado.