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TEST EN SUDÁFRICA

Alonso: 600 kilómetros en el test para acercarse al Dakar

El asturiano empezó a ir deprisa ya en la mañana del segundo día de test con el Toyota del desierto en Sudafrica y completó cien kilómetros más que en el primero.

Actualizado a
Alonso: 600 kilómetros en el test para acercarse al Dakar

Cuatro ruedas en el aire. Y una sonrisa. Y un gesto de genio loco metido en una cueva lejana pensando en su próxima fechoría. Fernando Alonso. Eso es. Así es. El asturiano, después de ganar dos títulos mundiales de Fórmula 1, pero sobre todo después de deslumbrar en los años siguientes y de hacer cosas con coches poco competitivos de las que pocos hubieran sido capaces se ha ganado el derecho a hacer lo que quiera en el mundo del motor. Ya el pasado año desde As contamos que tiene todas las opciones abiertas y en ello está, desde un eventual regreso a la F1 a seguir en Resistencia, probar en rallys, intentar las 500 Millas de Indianápolis si no ganase este año, ofertas en la Nascar o… el Dakar, la carrera más dura de planeta.

Y en ese nuevo reto el piloto asturiano que ya ha ganado este año las dos carreras en las que ha participado (Daytona y Sebring), está participando en unas jornadas de test realmente serias, algo mucho más importante, por ejemplo, que la que hizo en Bahréin con el coche de Jimmie Johnson en la Nascar. Y si el español en el primer día se limitó a una primera toma de contacto de la mano del piloto oficial de Toyota, Giniel De Villiers, en el segundo ya iba deprisa hasta que alguien que estuvo presente en el test llegó a decir que lo hacía en un ritmo “muy competitivo”.

Y es que el genio astur comenzó con cierta cautela, como no podía ser de otra manera, pero en cuanto empezó a conocer el coche o el terreno en el que se movía llegó ya en la mañana del segundo día a llevar el coche casi al límite hasta ser muy competitivo. “Tiene un talento increíble”, llegaron a decir.

Alonso, en estos test en el desierto sudafricano, completó 250 kilómetros en la primera jornada y 350 en la segunda para un total de 600 kilómetros que le acercan al Dakar, a un nuevo reto, a una carrera divertida como pocas, pero que también es de las que no solo no permiten el error sino que es capaz de provocarlo o que aparezcan como por arte de magia. Alonso aún no lo ha decidido, pero la oferta de Toyota para competir con su coche oficial, ganador este año con Al Attiyah, está sobre la mesa. Y Alonso sonríe, aún con cuatro rueda en el aire del desierto.