La muerte del piloto Marcos Garrido, de 14 años, ha consternado a la localidad de Rota (Cádiz), de donde era originario y donde vivía este joven que sentía pasión por las motos desde niño.
El alcalde de la localidad, Javier Arana, ha explicado a EFE que psicólogos del ayuntamiento se han desplazado al tanatorio de la localidad, donde está el cuerpo, para apoyar a la familia del joven.
Profesores del instituto en el que estudiaba, compañeros y amigos se han unido a la familia del joven piloto en el tanatorio.
Marcos Garrido era un apasionado de las motos desde niño, su padre le trasladó la afición y "desde chiquillo" le gustaba subirse en ellas, ha dicho a EFE una persona de su entorno.
Empezó con minimotos en Rota, y a medida que fue creciendo y "subiendo" iba a entrenar a otras localidades en las que hubiera instalaciones, como Jerez, Chiclana o Campillos (Málaga).
"Soñaba con ser piloto", ha asegurado un allegado. Su sueño, y su vida, se han truncado este domingo tras el accidente en el que ha perdido la vida cuando participaba en una prueba regional de Supersport 300. A la salida de una curva cayó de su montura y otra moto le pasó por encima.