Sara García, una pionera entre los pilotos sin asistencia
La zamorana, de 30 años, debuta en el Dakar con una Yamaha en la categoría 'Original', algo que ninguna mujer había hecho antes: "Sé que es muy difícil, pero merecerá la pena".
Si el Dakar en moto, por sí solo, no tuviera ya suficientes complicaciones, todavía hay quien se atreve con la última vuelta de tuerca: hacerlo sin asistencia. Serán 34 participantes en esta categoría, 'Original', y entre ellos está la zamorana Sara García, que debuta en el Dakar con una Yamaha después de haber despuntado en los raids durante los últimos años.
"Sé que va a ser muy duro, pero es cierto que el formato encajaba con este recorrido. Para la mecánica no será un Dakar tan exigente porque en pista dura la moto sufre más, pero este año hay más arena y dunas. Las reparaciones son menores y también nos dijeron que habría menos enlaces, aunque eso no es del todo cierto. Se suponía que habría más tiempo para reparar y descansar y me lancé a la categoría", explica Sara, de 30 años, ingeniera mecánica que trabaja como responsable del centro tecnológico del Motor Sport Institute en Alcorcón, pero que en los próximos días tendrá que asumir las funciones de piloto, encargada de la mecánica, jefa de logística…
Su fijación por la carrera del desierto viene de familia: "Mi padre fue mecánico a finales de los 80 en el equipo de Hernández y Fernández (Juan y Agustín, respectivamente, dos madrileños que despuntaron en aquellas primeras ediciones del raid) y en mi casa siempre se escuchaban historias del Dakar en la mesa de Navidad y durante todo el año. Siempre lo he tenido muy presente, aunque el proyecto no se pudo materializar hasta el último año".
En 2017 ganó el Mundial de Bajas de la FIM en categoría femenina: "Entonces empecé a plantearme que quizás no estaba tan lejos". Lleva 12 años corriendo en motocross y entrenando en el desierto de Marruecos: "Mi fuerte es la navegación, le he dedicado mucho tiempo y creo que se me da bastante bien y es muy importante en los rallys, te hace poder estar arriba sin tener el físico de un piloto masculino, esa faceta se puede suplir con navegación y gestión de carrera". Para esta edición ha trabajado la mecánica como otro "pilar" más del entrenamiento: "Está el físico, el psicológico o la gestión de carrera y todos son igual de importantes, todos te pueden dejar fuera".
Nunca antes una mujer había competido en el Dakar sin asistencia, este año estarán García y la rusa Nifontova. Su único objetivo es "acabar, que ya es bastante ambicioso siendo el primero y sin ayudas". Ha recibido consejos de otros 'Original' como el experimentado Julián García Merino: "Me han apoyado muchísimo, me han dado 'tips' para hacerlo bien y no se me ha hecho muy cuesta arriba. Sí que es muy difícil, porque es una dedicación plena en las horas libres que tengo cada día, pero creo que merecerá la pena".
Sobre las dunas también ha preguntado: "Ya me han avisado grandes pilotos como Laia Sanz o Armand Monleón de que esto es otro mundo, totalmente distinto. Importan poco las dunas que haya hecho antes porque me voy a enfrentar a algo que no he hecho hasta ahora". Tiene razón: se enfrenta a algo que ninguna mujer había hecho hasta ahora.