Las sanciones por cambio de motor amenazan a la parrilla
Todos los pilotos han utilizado ya el máximo de motores permitidos, tres, y quedan seis carreras en circuitos exigentes para el propulsor.
Seis carreras por delante en el Mundial de F1 con un problema nuevo para todas las escuderías: cualquier cambio de motor a partir de ahora conllevará penalización en la parrilla. En Singapur, Verstappen y Raikkonen montaron su tercera MGU-H y ya todos los pilotos han alcanzado las tres unidades permitidas en motor, turbocompresor, MGU-H y las dos posibles de centralita y MGU-K.
Aunque hay diferencias en función del fabricante. Los que utilizan motores de Ferrari (la Scuderia, Haas y Sauber) se ajustan a lo permitido con excepción de Ericsson, que ya usó el cuarto. En el caso de los Mercedes (el equipo oficial, Force India y Williams), se repite la dinámica de Ferrari sin contar a Bottas, que también montó cuatro. Mucho peor le va a Renault y Honda: Hulkenberg, por ejemplo, suma ya cinco motores y seis turbos, aunque gracias a eso le montaron, como a Ricciardo y Verstappen, la última evolución del motor francés. Sainz lleva cuatro; Alonso, tres. En cuanto a los japoneses, Hartley lleva seis motores y Gasly, cinco.
La FIA rebajó este año de cinco a tres el máximo de motores permitidos recibiendo críticas de los equipos. A partir del cuarto, cada elemento cambiado tiene cinco o diez puestos de sanción en la parrilla, aunque si se alcanzan los 15, automáticamente se sale el último.
El fin de la norma era abaratar costes, aunque de alguna manera obliga a los equipos a ser más conservadores con sus mecánicas para evitar que una rotura rompa los esquemas. "Si sólo tenemos tres motores, no podemos permitirnos perder uno", justifica Jochen Lach, responsable de lubricantes de Shell para Ferrari. Porque una sanción a estas alturas podría ser decisiva para Vettel o Hamilton y vienen por delante circuitos muy exigentes para el motor como Suzuka, México o Austin...